• Por Eduardo “Pipó” Dios
  • columnista

La burocracia no es ni un invento ni una exclusividad paraguaya, pero como la carne, estaremos entre los top del mundo. Lastimosamente es un pésimo top donde figurar, ya que es el mal que nos condena y últimamente nos mata día a día.

La maldita burocracia, en un Estado torpe, anticuado, gigante y encima corrupto, es como una planta en una tierra ricamente abonada, crece y destruye todo a gran velocidad y cómodamente.

Es esa burocracia la que ha enterrado, muchas veces, las buenas intenciones de algunos gobernantes de tratar de mejorar la situación del país, claro, siempre aliada a su fiel amiga y potenciadora, la corrupción.

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Nuevamente es el Estado corrupto, a través de los políticos, el que nos quiere vender que los fondos sociales, o sea el dinero del que disponen las dos empresas binacionales, para invertir o gastar en temas de interés social, estarán a buen recaudo en manos de los burócratas corruptos que manejan el presupuesto nacional. Estamos de acuerdo que dichos fondos no los ha manejado ni los maneja Heidi o el Dalai Lama, ni son ejemplo de manejo transparente, pero la solución propuesta es aun peor.

Hoy, mal o bien, en buena parte se destinan a cubrir las falencias del Estado corrupto e inútil, despilfarrador, ya sea en salud, educación, seguridad y alimentación, ya sea desde el Gobierno central o de las gobernaciones y municipios. Porque justamente se puede disponer de ellos de manera rápida y sin tantas trabas, cosa que también los hace vulnerables a la corrupción, de acuerdo también, pero la corrupción vulnera a sus anchas la administración central, quien administraría dichos fondos de pasar al presupuesto nacional.

El cuento de “vamos a gastar los fondos en salud” es simplemente una trampita, ya que entrando al presupuesto, puede que este año, si tienen el decoro de mandar todo o casi todos los fondos restantes, pero a partir del año que viene irán rápidamente a pagar sueldos, bonificaciones, bocaditos, seguros médicos privados, combustible de funcionarios supernumerarios y más planilleros de todos los sectores políticos que hoy “claman” por clavar sus dientes en esos fondos.

La solución debe pasar por una orden del presidente de la República, con comunicación a los socios correspondientes, de transferir la totalidad de los fondos disponibles en ese rubro, de ambas binacionales a la cuenta del Ministerio de Hacienda, y darle el marco legal, en acuerdo con los parlamentarios, para que sea el ministro quien con base en su criterio y conocimiento los destine a las necesidades más urgentes que surgen o vayan surgiendo. El tema de la rendición de cuentas se debe reglamentar y debe ser transparente y de dominio publico, y el ministro de Salud deber ser el único responsable del manejo adecuado de dichos fondos.

Estamos en guerra, los muertos caen a nuestro lado, no necesitamos más puta burocracia corrupta que enlentezca los procesos que deben ser expeditivos, el ciudadano no aguanta más, no hay tiempo, déjense de politiquear y bandidear un rato todos y dejen de matar con su angurria. Aunque sea un rato, ya sabemos que está en sus genes y no se puede eliminar del todo.

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