Ayer al mediodía los informativos televisivos le dieron amplio destaque al inicio de la vacunación a los adultos mayores. Comenzaron por los hogares a nivel país. La noticia era auspiciosa.

Mi madre, quien se encuentra en esta franja etaria, al observar por televisión el proceso de vacunación me llama exaltada a consultar si a ella también le alcanzará, cómo debe hacer y me pide que la inscriba. Es una situación que les genera angustia, desesperación y ansiedad.

Por supuesto le digo que la iba a inscribir en el lugar que corresponda para su pronta inmunización. Pero, grande fue mi sorpresa cuando me comparten las declaraciones de una alta funcionaria del Ministerio de Salud, quien confiesa lo siguiente: “Reconozco que no tenemos aún la lista, la plataforma para la inscripción de adultos mayores. Hoy están las vacunas, pero no podemos avanzar con el plan de inscripción por el momento”.

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Hasta ahora no puedo entender tanta improvisación. En verdad, entiendo, nos gobierna un inepto y si la cabeza no funciona es difícil que el resto del cuerpo funcione bien. Pero, a estas alturas ya ni creo que valga la pena criticarlos con severidad. Es evidente que no les entra bala, o lo que es peor, no les da el cuero para hacer frente a esta situación sanitaria hoy cuasi desbordada.

Ante la revelación de la funcionaria de Salud de que no cuentan con una plataforma de inscripción para adultos mayores, lo primero que me viene a la cabeza es que cuernos hicieron con los US$ 130 millones entregados al Ministerio de Tecnologías de la Información y Comunicación (Mitic) mediante un préstamo del BID. Pasó un año de la pandemia y no fueron capaces de diseñar un mísero software para registrar a las personas que serían inmunizadas.

A esta cruda realidad que vemos todos los días de cientos de compatriotas relatando sus penurias por la crisis sanitaria no se le puede atribuir la falta de recursos de un Gobierno que también fue afectado por la pandemia, acá existe una criminal responsabilidad por la falta de previsión.

Ahí está el ejemplo del intendente de Villa Elisa, Ricardo Estigarribia (PLRA), en poco tiempo logró habilitar el segundo pabellón de contingencia para internación de pacientes con covid-19 en el hospital distrital de su ciudad, 400 m2, 23 lugares para UTI, 17 camas, 6 sillones, con una inversión de G. 950 millones. Escuché el anuncio del ministro de Obras Públicas, Arnoldo Wiens, hace dos semanas que construirán nuevos pabellones de contingencia con 123 terapias con una inversión de US$ 13 millones. Ojalá sean pabellones de primer nivel. Porque siguiendo los números de lo que el intendente de Villa Elisa invirtió lo mismo que anunció Wiens lo podría hacer por menos del millón de dólares. Algo no cuadra en esta ecuación. Lindo tema para investigarlo.

Para no generar más desesperación, siempre uno tiene la esperanza de que las cosas mejorarán. Hoy solo nos queda cuidarnos y seguir exigiendo a este gobierno que se vendió como el gobierno de la gente. Una vez superada esta crisis tendremos tiempo de pasarles factura, aunque a estas alturas, quiero suponer que la ciudadanía ya tiene clara la película, improvisados, nunca más. Puedo estar equivocado, pero es lo que pienso.

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