En un escenario económico 2021 del Paraguay fuertemente marcado por la incertidumbre generalizada, que se arrastra desde el año pasado, y pese a un optimismo más esperanzador que convincente por un mejor desempeño –crecimiento proyectado del 4%– este marzo que sufrimos marcó la vuelta de nuestro miedo al miedo, que solo iría debilitándose al correr de la vacunación masiva en la mayor rapidez posible. Y digo bien: debilitándose; no desapareciendo. La vacunación es fundamental, la clave para la cura, pero no lo es todo. El mundo es testigo de lo que digo. Lo malo no es tener miedo, sino enfrentarlo, manejarlo y evitar ser dominado por el mismo. Lo realmente malo y peor es tenerle miedo al miedo. Cuando esto ocurre, una economía se enfría. El calor de la marcha económica por su propia dinámica pierde temperatura. Es imposible que nuestra economía no se enfríe teniendo en cuenta los costos en el consumo y la inversión del miedo al miedo. Dice el informe sobre nuestro país de Itaú BBA: Esperamos un alza del PIB de 4,0% para este año. No obstante, la posibilidad de nuevos lockdowns (confinamientos) es un riesgo a la baja para nuestro pronóstico.

Aún con una buena cosecha de soja y el tener vecinos mercosurianos estables y proyectando mejor panorama que el del 2020 –Argentina crecería 6%, Brasil 3,8%, Uruguay 3% (con tendencia al alza) y nosotros 4% (con tendencia a la bajada)– el año económico 2021 de Paraguay pasa quizás por su peor momento –marzo– por el terrible golpazo del covid-19 con el colapso del sistema de salud –pese a los 514 millones de dólares asignándole el año pasado, y que se usó prácticamente en su totalidad, dejando caer un fondo de salud que jamás debió caer, y que debió priorizarse sacrificando parte de las obras públicas–, por un lado; y por el otro por las crisis política y social que llevó a un segundo juicio político frustrado en menos de tres años de Gobierno del otra vez salvado Marito, presidente de la República. Si después de marzo, en abril sigue el desastroso cuadro de crisis en el sistema de salud, con restricciones que van y vienen, y con el miedo al miedo vistiéndonos, el sector de servicios (comercio) en la calle y fuera de la calle continuará recibiendo golpes tras golpes, agudizándose su agonía. Y es el sector económico del que mayor crecimiento proyecta el propio Banco Central del Paraguay (BCP) –suba del 9,5% después de la caída del -6,8%– para este 2021 ayer optimista y hoy con perspectivas favorables sujetas a confirmación.

En su reunión del lunes 22, el Comité de Política Monetaria (CPM) del BCP decidió por unanimidad, mantener la tasa de interés de política monetaria en 0,75% anual. Tal decisión fue acompañada del siguiente análisis: Hacia adelante, las buenas perspectivas para el sector agrícola, especialmente en términos de precios, como así también los mejores pronósticos de crecimiento de los socios comerciales de Paraguay, son factores que influirían positivamente en la dinámica de la economía local. Sin embargo, la reciente agudización de la crisis sanitaria y sus derivaciones en otros ámbitos han generado incertidumbre en el proceso de recuperación de algunos sectores, especialmente de aquellos vinculados a servicios que requieren de la interacción social para el desarrollo de sus actividades. No obstante, avances en el proceso de inmunización de la población podrían mejorar las expectativas de los agentes económicos en los próximos meses.

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El otro enfriamiento, por no citar los muchos otros –como el comercio fronterizo, Ciudad del Este como referente– se sufrirá en las recaudaciones de impuestos, en un escenario de urgentísima necesidad de aumento o mejora, y que no debe llevarnos a subir otra vez y más y más nuestro endeudamiento. Prioricemos nuestros recursos internos, primero, y después, de darse una suerte de copia del 2020, ver prudentemente las alternativas de endeudamiento. Porque aquí también empezamos a tener miedo al miedo. En países serios, frente a una guerra, como la que luchamos, se sacrifican recursos de uno u otro sector, para armarnos, combatir al enemigo y derrotarlo. Nosotros no lo estamos haciendo, y las víctimas son consideradas como daños colaterales. Tenía nomás que pasar así. Lamentablemente inhumano. Was gesagt werden muss, muss gesagt werden. Duele decirlo, pero hay que decirlo.

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