• Por Felipe Goroso S.
  • Columnista
  • Twitter: @FelipeGoroso

Jueves 28 de enero de este año, la Justicia libraba orden de prisión preventiva para el presidente del PLRA, Efraín Alegre. Lo hacía en el marco de la causa que tiene abierta el político y por haber incumplido las medidas alternativas a la prisión impuestas anteriormente y que fueron confirmadas por un Tribunal de Apelación.

Alegre no obedeció con la caución personal de una persona idónea hasta cubrir la suma de G. 150 millones, que debía acreditarse en un plazo de 20 días. El no cumplimiento ya lo había anunciado el 25 de agosto, cuando se dio a conocer la medida impuesta, y ya había lanzado el desafío a la Justicia asegurando que solo firmaría el acta de la audiencia; en ese momento adelantó que no acataría las medidas alternativas.

Al día siguiente, el viernes 29, una de las primeras visitas que recibía Alegre era el senador Fernando Lugo. Esto no generaba en sí mismo, ninguna novedad, al menos en apariencia. Es sabido de la buena relación que tienen ambos, o era así hasta esa visita. La agenda de la reunión giró en base a diversos temas políticos, mucho en torno a las elecciones municipales que se vienen. La plática era amena con coincidencias en su gran mayoría hasta que llegó el momento de Lambaré. En dicho distrito se estaba construyendo un proyecto de unidad de la oposición: la Alianza Lambaré o ALA. De hecho, el 22 de diciembre se presentó la petición para el reconocimiento de la misma y el 13 de enero el Tribunal Electoral de la Capital, primera sala, reconocía a esa alianza.

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Pero volvamos a la visita que le hizo Lugo a Efraín en la Agrupación Especializada, lugar de reclusión del político liberal. Lambaré se volvió el motivo por el cual la charla cambió radicalmente de tono, en dicho distrito el líder del Frente Guasu tiene una fuerte apuesta por potenciar la imagen de quien actualmente es concejal municipal, Luis Paciello. Aparentemente, la moneda de cambio para que el PLRA integre la mencionada Alianza era (que de llegar la misma a la comuna) manejar la muy poderosa dirección administrativa. Lugo se habría negado al planteamiento y la discusión subió de tono, al punto de casi llegar a la agresión física. La idea era revertir la decisión del PLRA donde solicita ser excluido de esa alianza, por resolución Nº 127, la misma se tomó ya en base a la falta de acuerdo sobre espacios dentro de una eventual administración opositora. La sesión partidaria se daba el 29 de diciembre, apenas siete días después de la petición de reconocimiento, y al día siguiente se oficializaba la solicitud de exclusión.

En este escenario es que se da el acuerdo y sentencia Nº 2 del Tribunal Superior de Justicia Electoral, de fecha 10 de febrero de este año, donde se hace lugar al recurso de apelación planteado por el PLRA en el sentido de excluir a este partido de la Alianza Lambaré. Esta es la historia no contada de la Alianza que no fue.

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