• Por Jorge Torres Romero
  • columnista

Hacer oposición en Paraguay se reduce a cabalgar sobre los fracasos del adversario y no a construir estrategias para evitar ese fracaso. Los colorados usaron muy bien este recurso para liquidar a sus propios correligionarios con quienes luego terminan en la famosa “unidad granítica”.

Mario Abdo llega al poder pese a su limitada capacidad intelectual y liderazgo, solo porque capitalizó el “anticartismo” y se limitó a señalar las debilidades del gobierno de Horacio Cartes, mientras que la oposición fue incapaz de construir una figura aglutinante, motivadora y con contenido. Presentó la misma figura repetida, gastada y mediocre.

Como Abdo en campaña solo miró las debilidades del gobierno anterior, fue incapaz de seguir apuntalando las fortalezas. Ningún gobierno es tan malo como describen sus detractores ni tan bueno como definen sus defensores. El que llega destruye lo bueno que hizo el otro e intenta descubrir la pólvora con las soluciones mágicas. Todos quieren desatar la cinta tricolor de “sus obras”, aunque fuese el nuevo cajero automático instalado por el BNF en Ybyrarobana, por ello, no se planifica a largo plazo y la Secretaría Técnica de Planificación es apenas una secretaría, sin mucha relevancia, en un país donde está todo por hacerse y planificarse.

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La consecuencia de esta forma de hacer política en Paraguay es que no progresamos para adelante, crecemos en forma circular, repitiendo y repasando los mismos males de siempre. Como ejemplos hay un montón y menciono solo lo que padecemos cada año en este mes. Si tomamos del archivo las portadas de los diarios de hace 10 o 20 años atrás, veremos la misma imagen del aula en mal estado o un grupo de niños arrancando las clases debajo de un árbol y los gremios docentes exigiendo mejoras salariales. La misma “postal” de siempre. El río subió, los damnificados invadiendo las plazas y espacios públicos. Nunca una solución de fondo. Los productores frutihortícolas amenazando con cierres de rutas porque sus precios están por el suelo a raíz del contrabando. La misma película de cada año. Y la lista sigue.

La semana pasada tuvimos una discusión con un colega a quien le reclamo el discurso fácil y la muletilla de quienes actúan siempre sobre lo políticamente correcto. “En Paraguay la Fiscalía imputa al cantante de la “Vaca Lola” y no a los bandidos”. Como discurso político para lograr el aplauso de la gente suena bien: ¿pero qué hacemos al respecto? Exigir, nomás, el cambio de hombres, sin cambiar el sistema, vamos a repetir la historia. La imputación al cantante fue válida, pero al bandido también se le imputa solo que el bandido contrata al abogado chicanero que traba el proceso y la causa no avanza, se traba y se transa.

La pretensión de un grupo de diputados de crear una comisión receptora de denuncias contra la Fiscalía General de la República suena interesante, pero como discurso o estrategia política circunstancial, no apunta al problema de fondo. Con este tipo de pretensiones se desnaturalizan las instituciones, las mismas que constitucionalmente están creadas: el Juzgado de Garantías, la Cámara de Apelación, la Superintendencia de Justicia, la Corte Suprema de Justicia y el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados. Ahora, que ninguna de esas instituciones funcione correctamente o no hagan lo que corresponde es otra cosa, pero no puede el Legislativo interferir políticamente en otro poder del Estado. Llamar a esto “defender a la fiscala general del Estado” es de torpes, cuando claramente el punto está expuesto.

El domingo pasado hablaba de construir institucionalidad paso por paso. Si ese juez de Garantías no hace su trabajo, vayamos contra ese juez, si el JEM está politizado, pues construyamos proyectos que despierten el interés ciudadano para conquistar el poder y saneemos las instituciones con las herramientas democráticas. Si desde la oposición solo salimos con discursos oportunistas y pretendemos construir capital político sobre los errores del adversario, vamos a seguir repitiendo los mismos problemas de siempre. La noticia de esta mañana seguirá siendo la misma del próximo año. Puedo estar equivocado, pero es lo que pienso.

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