Por Mariano Nin

Me gusta contar esta historia porque la viví, y hoy en medio de todas las cosas que suceden en el mundo me obliga a pensar que no todo está perdido.

Hoy el coronavirus, la cuarentena o los escándalos de corrupción serán opacados por la más bella fantasía. El mundo será de los niños y de esos superhéroes que desafiaron al tiempo, las culturas y las religiones.

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Desde el desierto a las ciudades, en las selvas o en medio del mar, en las montañas o en los confines helados.

Mientras haya ilusiones, habrá magia. Fue así desde el comienzo de los tiempos.

Van a llegar de madrugada. Nadie los va a ver o escuchar… o quizás sí.

Con seguridad van a comer todo el pasto y tomar toda el agua. Dicen que son inmortales. Que no conocen el tiempo. Que las distancias entre Oriente y Occidente no son problema y que sobrevivirán al mundo y sus turbulencias hasta el fin de los días.

Yo los vi una vez. Eran tres. Caminaban haciendo bromas y dando de vez en cuando unas palmaditas a los camellos como alentándolos a caminar más rápido para llegar pronto... a todos lados, o casi todos.

Dicen que siempre llegan cansados, pero contentos y que tal vez no dejen regalos en todos los hogares. Es imposible. También la magia tiene sus errores. Pero por una noche va a reinar la fantasía.

Ha sido así por miles de años... y se repetirá cada año en estas fechas mientras haya ilusiones.

Los niños del mundo van a caer rendidos por el sueño entonces los camellos se darán un festín de pasto y agua. Y la tierra va a amanecer con una sonrisa... y desilusiones. No es culpa de los reyes. Es la vida. No siempre es justa en el momento preciso.

Pero por un día podrías cambiar una carita triste por una alegre. No hace falta mucho. Solo recorrer las calles por donde los reyes no podrán pasar. Llevá regalos. No hace falta que sean caros, a los niños no les importa. Solo es fantasía.

Sin dudas va a valer la pena. Cuando un niño sonríe el mundo se ilumina. Los rayos de la felicidad llegan a todos los rincones y por un momento hay paz en el mundo.

Al otro día la magia va a pasar y volveremos a nuestra vida cotidiana. Nada se detiene y sin embargo todo es para siempre.

La magia no morirá. Los reyes seguirán viniendo. A mí nadie me lo contó. Yo los vi. Eran tres y mientras el mundo dormía ellos regalaban felicidad.

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