Psicólogo y magíster en Educación

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La visión se extiende hasta donde la imaginación lo permite. Creer en eso pensado es desafiante. Hay detalles que requieren protagonismo. Lo minucioso delata la belleza. Lo pequeño le da brillo al todo que lo integra. En ese suspiro se resume lo anhelado. En aquellos episodios se sembró el ahora. La que viene requiere dedicación, siempre triunfa el esfuerzo, porque enseña a vivir.

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Agua, lluvia y barro. Aire, viento y tierra. Sol entre las nubes, rayos de luz. Días, noches, y la Luna eterna. Saberes conscientes, encuentros naturales, trayectorias diversas, caminos sorprendentes. El corazón de la naturaleza, un diluvio de admiración. Y entre las gotas, la humanidad con sus dolores y alegrías.

Un calendario lleno de objetivos. Inicios soñados, promesas concretadas, finales deseados, transiciones logradas, pasos consolidados, ideales respetados, pruebas superadas; el cielo atrae las miradas que visualizan lo que quieren. Es emotiva su cobijante compañía, en su atrapante protección hay espacio para los agradecimientos que se elevan.

El infinito celestial estimula sin cesar, gratifica la atención, mirarlo conmueve. En las convicciones para crecer residen las fuerzas del bienestar. La convivencia con la honestidad potencia la vitalidad de los vínculos, los cuales son relevantes en el recorrido de la vida.

Es el ser la esencia de la existencia. Sus metas tienen que sostener su integridad, desde donde se despliega el ímpetu de los hechos. Para eso tendrá que cultivarse interiormente, conocerse, reconocerse, transformarse, aceptarse y quererse, lo que le permitirá tratarse bien y de igual forma, transmitir esa experiencia propia hacia los demás.

La visión impregnada de respeto convoca voluntades. Vivencia el altruismo. Se retroalimenta junto a otros. Está orientada por la gratitud, la serenidad y la certeza del paso de los años, que ubican los procesos en un tiempo, que dejan sus lecciones, que marcan un antes y un después y que identifican la condición incierta del mañana, aunque posibilitan la vigencia del hoy, que vibra en cada uno.

“Lo que más embellece al desierto –dijo el principito– es el pozo que oculta en algún sitio…”.

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