Por Felipe Goroso S.

Columnista

Twitter: @FelipeGoroso

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

Casi siempre que hablamos de política nos referimos a ella con desdén, con bronca, con hastío. Es difícil encontrar un sentimiento positivo que sea generado desde la política, por el contrario, hablar de política nos resulta (generalmente) en agrias discusiones, ahondando las diferencias y alejándonos de nuestras coincidencias. Por eso la política es un tema prohibido en las mesas familiares, ni para hablar en Nochebuena o en la última noche del año. Si no se quiere iniciar una pelea, es mejor no hablar de política, esa es la recomendación que siempre escuchamos.

Todo esto tiene cierta base cuando lo que tenemos enfrente es la política degradada en politiquería, su peor versión, al punto de que no debería de ser considerada como política porque de hecho no lo es. La política (la de verdad) es muy distinta a la que estamos acostumbrados. Deberíamos de ser mucho más exigentes a la hora de clasificar o etiquetar a la política, y eso se consigue debatiendo mucho más sobre política. Hablando más de la política se la conoce mejor y también se aprende a diferenciarla mejor de la politiquería.

Cuanto menos hablemos de política, cada día más será manejada de la misma manera, con los mismos modos. Aquellos que decimos detestar. Y ojo que ni siquiera se pretende llegar a coincidir en cada discusión, se plantea poder plantear puntos de vista sin que por eso haya enojos, es ahí donde nos equivocamos y donde igualamos para abajo el debate.

Este 2021, deseo un año mucho más político. Podría decirse que de hecho lo será por ser un año electoral, con unas elecciones municipales que se presentan desafiantes para todos los candidatos y las diferentes fuerzas políticas. Pero más allá de lo meramente electoral deseo que el año que viene hablemos mucho más de política, que normalicemos la política, al punto que deje de ser esa mala palabra que empieza con p y termina con a.

Déjanos tus comentarios en Voiz