POR BERNT ENTSCHEV

Presidente y fundador de The Bernt

Son décadas de convivencia dentro de las organizaciones. Puedo afirmar que a lo largo de estos años, nunca me había encontrado con tanta frecuencia con la palabra “luto”, ya sea en las noticias de la televisión, en las redes sociales, en los círculos de amigos, en las familias de los compañeros y también en casos entre compañeros de trabajo.

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El año 2020 trajo este dolor hacia dentro de las empresas. El fenómeno de la pandemia que ha diseminado por todo el mundo ha puesto el luto en nuestra puerta. ¿Y cómo actuar en estas situaciones? Muchas empresas se han cuestionado sobre esto. Aunque no es algo nuevo que afrontar, existen retos, incluso por la frecuencia en la que se ha ido perdiendo personas del círculo de relaciones de las empresas y de sus colaboradores.

En una charla con ejecutivos de Gestión de Personas, observé algunas iniciativas muy inteligentes y empáticas, que me gustaría compartir.

Muchas de estas empresas van más allá de las acciones básicas de apoyo en el momento de una pérdida, como la amabilidad de un mensaje, el envío de una ofrenda floral o incluso acudir al velorio del ser querido para la entrega de un abrazo (aunque este último todavía no se puede hacer en muchos lugares).

Estas compañías con las que hablé con sus ejecutivos de gestión, por ejemplo, a través de iniciativas en el sector de recursos humanos, crearon acciones como rondas de conversaciones online con los empleados, siempre con un especialista en luto, o un psicólogo que pueda brindar apoyo. Es en estas reuniones las personas pueden hablar y ser escuchadas. Esto brinda consuelo y ayuda en la dura travesía de esta fase.

Otras empresas también han contratado profesionales en el área de la psicología y han creado programas con este carácter. Además, van más allá de lo que la CLT (Ley de Contrato de Trabajo) prevé, como las licencias en el momento de pérdidas. Se han ocupado de los casos uno a uno, respetando la realidad de cada doliente.

Un compañero que trabaja en el área de recursos humanos en una compañía con decenas de empleados me comentó también una profunda angustia vivida por los colaboradores, que es otro tipo de luto: el sentimiento de pérdida de un proyecto, el aplazamiento de una fiesta de matrimonio, la exposición a que muchos familiares deben someterse debido a una determinada actividad profesional y así sucesivamente. La pandemia también trajo estas pérdidas, y no se pueden negar.

Para ello, la empresa también inició el programa con psicólogos para que el colaborador que se sienta cómodo pudiese tratar de tener una conversación, y de esta manera entender un poco más sobre estos sentimientos internos.

Las empresas que se pongan en el lugar de las personas tendrán más posibilidades de que su equipo presente mejores resultados durante esta fase pandémica. Cuanto más sanos mentalmente y amparados estén los colaboradores, mayor será el sentimiento de pertenencia que tendrán, y esto se refleja en la felicidad y en la productividad de las personas. ¡Es hora de pensar en ello!

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