“Duele decirlo, pero hay que decirlo”

Por Pablo Alfredo Herken Krauer

Analista de la economía

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El 2 de diciembre la calificadora de riesgo país Fitch Ratings –una de las tres más importantes en el mundo– mantuvo su calificación (BB+) de Paraguay (calidad de su deuda soberana y capacidad de pago) y su perspectiva en “estable”, “por su historial o trayectoria de prudente y consistente política macroeconómica”. Rescato lo de “its track record” (su historial). Veamos lo que dice el informe de la calificadora. Estima una caída económica 2020 del -1,1% (“la más leve en América Latina”) y proyecta un crecimiento económico del 3,5% para el 2021. El “relativo rendimiento superior” de la economía paraguaya en el 2020 –con respecto a otros países– se debió a un fuerte repunte de la producción de soja y carne. “Lo que ayudó a compensar las caídas en otros sectores”. Como las que se dieron en el sector de servicios globalmente (48% del PIB) y en el comercio en particular. En palabras mías, el campo es lo que nos salvó de lo peor en lo económico, y también en lo social y laboral, sin minimizar el tremendo dolor que tuvo su pico en los primeros meses de la pandemia, para posteriormente ir suavizándose, aunque no en todos los sectores ni para toda la gente.

Y esta menor caída de la economía paraguaya 2020 que ahora estiman todos con respecto a lo que se esperaba fuera el fin del 2020 como un todo varios meses atrás, en términos del Producto Interno Bruto (PIB) (-5%, -4%, -3,5%, -2,5%, -1,5% y -1%/-0,5%) ha venido recibiendo el reconocimiento internacional y local por su importancia en evitar “algo” mucho peor. Los enemigos de la macroeconomía porque no llega al bolsillo de la gente humilde prácticamente la desprecian y acusan que no dicen o indican lo fundamental. Si nuestra caída fuera del -5% ¿ustedes creen que el empeoramiento de las empresas, de los trabajadores (formales e informales) y sus salarios, de las recaudaciones de impuestos, las exportaciones, del precio del dólar, de la pobreza, sería más “aceptable” que con una caída del -1%?

Fitch también estima una inflación del 2,3% y un déficit fiscal del -6% que no deja de preocupar, cuya vuelta a la normalidad se espera, para no debilitar nuestra historia y trayectoria de prudencia en el manejo económico. “La deuda del Gobierno general (no la del Estado completo) se espera que aumente al 27,7% del PIB en el 2020, de 20,2% en el 2019, y que continúe aumentando en el período que proyectamos. Pese al incremento en el peso o la carga de la deuda paraguaya, permanece el mismo como el más bajo en la categoría de países con ‘BB’, que tienen un peso promedio que cerraría cerca del 60% del PIB al final del 2020. De todas formas, casi el 90% de la deuda paraguaya está denominada en moneda extranjera, lo que la expone a las volatilidades del tipo de cambio (cotización del US$)”. Finalmente, Fitch expresa su preocupación más importante, ante la necesidad de hacer ajustes y reformas para ordenar la casa: “Sin embargo, la perspectiva de reformas principales de fondo bajo la administración del presidente Mario Abdo Benítez ha disminuido dada la caída en la popularidad del Presidente, las divisiones en el Partido Colorado y el hecho de que el ciclo electoral subirá en los próximos años”. Se va un año muy difícil, pero pudo ser mucho peor, y cerramos menos destruidos de lo que se esperaba. Llega el 2021. Nada fácil y con muchas incertidumbres. Hasta ahora, volveremos a crecer. Es mejor que no crecer. La mejoría no llegará a todos, ni estar mejor quiere decir estar bien. Pero avanzaremos. Lo primero para no empeorar. Was gesagt werden muss, muss gesagt werden. Duele decirlo, pero hay que decirlo.

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