Ya entramos en el último mes del año y estamos frente al momento natural donde podemos ejercitarnos en una práctica que nos ayuda a seguir creciendo a lo largo del tiempo: el cerrar ciclos.

No importa cómo estuvo tu año, si te fue súper bien y floreciste en la pandemia o si es un año que te gustaría olvidar, es importante que te hagas de un espacio de tiempo para revisarlo.

¿Cuál es el problema que se genera cuando no cierro ciclos?

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Un ciclo es un conjunto de situaciones vividas que pueden ser agradables o no. Si tuviste una experiencia fuerte y negativa (como cerrar un negocio o perder a un ser querido) en el 2020, es posible que se quede anclada en tu subconsciente de forma negativa, si no hacés el proceso adecuado.

¿Cuál es el beneficio principal?

Primero: podrás reconocer el recorrido. Muchas veces nos enfocamos solo en el resultado final y no en el camino que nos toma llegar a él.

Segundo: Identificarás tus logros y los valorarás, reconociendo tus esfuerzos y enfoque para alcanzarlos.

Tercero: Revisarás los resultados no deseados e identificarás qué podés hacer la próxima vez para no tropezar con la misma piedra. Esto te cargará de nuevos aprendizajes.

Cuarto: Avanzar más rápido y liviano hacia nuevos resultados. Tendemos a aferrarnos a lo conocido por más que no nos guste.

¿Cómo lo podés hacer?

Primero, es esencial que te asignes un espacio de tiempo sin interrupciones. Date este tiempo para vos y nadie más. Ambientalo de la forma que te guste y en un lugar que sea de tu agrado. Si es tranquilo, mejor. Elegí un cuaderno para tomar notas (yo uso el mismo cuaderno siempre, es mi cuaderno de metas también).

Ahora, revisá todo tu año mentalmente. Muchas veces, tengo clientes que necesitan tener su agenda y mirarla mes a mes para acordarse. Hacelo sin prisa, como si fueras un observador externo.

Como siguiente paso, elegí todas aquellas cosas que en el año no salieron como te hubiera gustado. ¿Qué aprendiste de ellas? Escribí tus conclusiones como si fuera una frase que puedas compartir con otros. De cada experiencia podés sacar uno o más aprendizajes.

Al terminar esto, analizá si hay algo que perdonar, pedir perdón o perdonarte por los logros no obtenidos o lo inesperado que pasó. Escribilo con detalle.

Finalmente, concéntrate en tus logros. Hacé una lista de ellos y elaborá los agradecimientos que te gustarían hacer tanto a otras personas como a vos mismo/a.

Al cerrar un ciclo se activa un fenómeno que se llama “borrón y cuenta nueva” que es similar a lo que te pasaba cuando en la escuela iniciabas el año con útiles nuevos. ¡Estabas lleno/a de motivación y entusiasmo!

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