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Vitoria, 2019. Los señores del tiempo, una épica novela histórica ambientada en el medioevo, se publica con gran éxito bajo un misterioso pseudónimo: Diego Veilaz.

Vitoria, 1192. Diego Vela, el legendario conde Don Vela, retorna a su villa después de dos años en una peligrosa misión encomendada por el rey Sancho VI el Sabio de Navarra y encuentra a su hermano Nagorno desposado con la que era su prometida, la noble e intrigante Onneca de Maestu.

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Y llegamos al final del camino, mi querido Kraken. Les dejo la recomendación de, devorarse los tres libros de la “Trilogía de la Ciudad Blanca”, de una. No van a encontrar mejor compañía. Les hablé del tomo 1 y el 2, y hemos llegado al final de un fabuloso viaje. En este, la autora, se pasó. Escribió casi dos libros en uno. Ambos suceden en la Ciudad de Vitoria; pero uno en el año 2019, y el otro en el 1192. En el 2019 toda la ciudad está obsesionada con “Los señores del tiempo”, una novela histórica recién sacada a la venta y publicada bajo seudónimo, que está causando furor y es todo un éxito de ventas. Pero empiezan a suceder crímenes que parecen estar prácticamente copiados del libro. Y si los crímenes son medievales, ya se imaginan que nada es lindo ni sencillo. Esa gente mataba y con saña. Así que nuestro amigo el Inspector Unai Ayala –Kraken– se encuentra con su mismo cocktail de siempre: crueldad y salvajismo: emparedamientos – meter a una persona detrás de una pared y que muera de inanición o de asfixia–; encubamientos –meter a una persona en un tonel junto a una serie de animales que le torturarán mientras muere– y la mosca española, algo así como la viagra del medioevo.

Las investigaciones llevarán a Kraken hasta el señor de la torre de Nograro, una casa-torre fortificada habitada ininterrumpidamente desde hace mil años por el primogénito varón. Pero el reverso de tanta nobleza es la tendencia de los señores de la torre a padecer el trastorno de identidad múltiple, un detalle que arrastrará a su compañera policía Estíbaliz a vivir una arriesgada historia de amor. Unai López de Ayala acabará descubriendo que Los señores del tiempo tiene mucho que ver con su propio pasado. Y ese hallazgo cambiará su vida y la de su familia. La autora va intercalando ambos libros, narrándonos ambos novelas en paralelo, como en un espejo donde se miran los crímenes actuales; pero quizás también donde se vean los motivos que, ocho siglos más tarde, son su detonante. Personajes oscuros, deshonestos, maquiavélicos, santos y demonios. Pasaremos de la época medieval con señoríos y señores, a la época actual donde sobreviven las familias con títulos heredados ,que siguen siendo dueños y señores. Punto aparte para la genial construcción del villano/no tan villano Rodrigo Alvar Nograro, en el 2019. Él y su hermano, o sus personalidades múltiples, son en sí material para una novela sola; pero nos lo regalan como una parte más que aumenta el suspenso y la intriga de este librazo. Es, de verdad, una novela adictiva, que te transporta en el tiempo. Así como los habitantes de Vitoria en el 2019 estaban locos por la novela histórica misteriosa, esta novela nos atrapa a nosotros como solo una maestra del género puede lograrlo: “No era un libro, era una trampa de papel, una emboscada de palabras…, y no podías escapar”.

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