La Organización Internacional del Trabajo, la agencia de Naciones Unidas que reúne a gobiernos, empresarios y trabajadores, celebró una cumbre virtual en la que promovió el compromiso de forjar un mundo del trabajo mejor después de la pandemia. En el encuentro, el secretario general de la ONU, António Guterres, explicó que no se trata de elegir entre la salud, el empleo y la economía porque son elementos que están interrelacionados: o ganamos en todos los frentes o fracasamos en todos los frentes.

Esto me llevó a pensar en distintas situaciones que como coach, trabajadora y empresaria me tocó también vivir los últimos meses. Pues tuve la oportunidad de compartir e intercambiar vivencias con líderes de diversos sectores y organizaciones. Prácticamente todos manifestaron que la situación que atravesamos está poniendo al límite su capacidad de liderazgo. Los momentos difíciles nos llevan siempre a mostrar el verdadero rostro de la gente, a identificar quién tiene más resistencia y, sobre todo, a tomar decisiones importantes y, muchas veces, dolorosas. Todos tuvimos que vivir el pesar de desvincular personas, ajustar salarios y contener a un equipo de seres humanos afectados por la incertidumbre y el miedo. Todavía seguimos preguntándonos cómo seremos capaces de sostenernos en medio de una economía cuyas perspectivas son sumamente inciertas.

Las previsiones del Banco Mundial muestran que la economía se reducirá un 5,2% este año. Y el jefe de la OIT, Guy Ryder, señaló que la pandemia sumió al mundo laboral en una crisis sin precedentes, algo que lamentablemente podemos comprobar en nuestro día a día. Pero Ryder dijo que “del mismo modo en que debemos redoblar esfuerzos para combatir el virus, también debemos actuar con urgencia y a gran escala para superar sus impactos económicos, sociales y laborales”. Eso incluye el apoyo sostenido para los empleos, las empresas y los ingresos. Pero también las crisis sacan afuera lo mejor de nosotros. Existen muchas empresas que a través de diferentes plataformas digitales están desarrollando programas y charlas relacionadas a las emociones, el liderazgo y el fortalecimiento personal. A la vez, nos muestran la importancia de seguir caminando con resiliencia, esperanza y nos ayudan a buscar nuevas estrategias para superar la dura situación que enfrentamos. Porque, además de asumir la responsabilidad con el capital humano de nuestras organizaciones, poner a las personas primero nos ayudará a evitar más daños emocionales y sicológicos. Detrás de cada persona existen familias enteras en donde si uno se desestabiliza todos terminan afectados. Tenemos una crisis sanitaria, económica, pero también tenemos una crisis psicológica.

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Entonces, aprovechemos los recursos que existen para trabajar en todos los aspectos del mundo del trabajo. Sumemos esfuerzos porque mientras más fuertes estemos, más posibilidades tendremos de superar todos los obstáculos. Y podremos renacer mejor y mucho más fortalecidos en un mundo nuevo.

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