Lo prometido es deuda. Hoy culminamos la serie de tres sábados hablando de resiliencia en tiempos covid. Y hoy les tiro los tips para desarrollarla.
La Asociación Americana de Psicología citó algunas recomendaciones para construir y fortalecer la resiliencia en todo tiempo, las cuales son más que útiles en tiempos como los que vivimos. La resiliencia ayuda a fortalecerse cuando mejoramos el establecimiento de buenas relaciones con familiares cercanos, amistades y otras personas importantes. Igualmente, el saber a ciencia cierta que no hay obstáculos insuperables y el tratar de mirar más allá del presente pensando que en el futuro las cosas mejorarán, con vacuna o sin ella, pero sí mejorarán. La humanidad ha pasado ya por esto y sin la ayuda de tanta ciencia como la que disponemos ahora. Por eso, no les dé mayor proporción a los problemas de la que tienen, por ejemplo preocupándose por no volver a la “antigua normalidad”. El cambio es parte de la vida.
Es posible que como resultado de esta situación adversa no le sea posible alcanzar ciertas metas. Aceptar las circunstancias que no pueden cambiar lo ayudará a enfocarse en otras. El trazarse metas realistas preguntándose acerca de las cosas que puede lograr hoy y que le ayudan a caminar en la dirección hacia la cual quiere ir. Igualmente, el enfrentar los problemas tomando ante situaciones adversas acciones decisivas, lo cual siempre es mejor que ignorar los problemas y las tensiones, y desear que desaparezcan. Seguidamente a ello, se debe confiar en uno, cultivando una visión positiva de sí mismo, lo cual puede servir para desarrollar la confianza en su capacidad para resolver problemas y confiar en sus instintos.
Algunas formas adicionales de fortalecer la resiliencia le podrían ser de ayuda. Por ejemplo, algunas personas escriben sobre sus pensamientos y sentimientos más profundos relacionados con la experiencia traumática u otros eventos estresantes en sus vidas. Todo ello implica lidiar con el dolor emocional, no negarlo o evitarlo, sino poder hacerse cargo de él y transformar una realidad devastadora en una posibilidad de vida nueva que ha sido creada a raíz de él. Una sociedad es resiliente cuando se mantiene unida, cooperando todos para el bien común, cuando se respeta mutuamente y se cohesiona y solidariza. Además, también cuando hay confianza en el liderazgo político. Una sociedad vence su resiliencia cuando la amenaza se hace mayor que sus recursos, aparecen los prejuicios, la discriminación, la culpabilización, el terror y especialmente, la desconfianza. Las situaciones de crisis nos ponen a prueba como especie, y lo van a seguir haciendo, a la naturaleza no le importa lo que es o no justo. La solución para superar la crisis del coronavirus dependerá de todos nosotros.
Las fuentes principales de resiliencia individual se basan en la satisfacción vital, es decir, el grado en que nuestra experiencia satisface nuestros deseos y necesidades físicas, sociales y psicológicas: trabajo remunerado, participar en la comunidad, la calidad de nuestras relaciones íntimas y la resistencia psicológica individual basada en la autorregulación y autorrealización. Estas son las cuestiones que cada uno de nosotros tendrá que atender. Y sobre todo, buscar apoyo social: las relaciones en general son una fuente de bienestar, prevención de patologías, y favorecen afrontar experiencias estresantes y traumáticas, no importa que sean por Zoom o Whatsapp, son relaciones igualmente. Por tanto, es muy importante apoyarnos entre todas para generar esta red sanadora, ante el coronavirus y el confinamiento en casa. Hay que protegerse de vivir los sucesos con una culpa irracional. Desarrollar la asertividad que permite pedir ayuda cuando la necesitamos, afirmar los derechos y decir que no. Finalmente, la creatividad y curiosidad ante el mundo permiten generar recursos y soluciones frente a la amenaza; junto con el sentido del humor y la ética, que son factores de resiliencia. Finalmente, la capacidad de autocrítica para analizar mejor las causas y consecuencias de nuestros actos con el fin de mejorar, esto permite transformarnos.
Para finalizar, de más está decirles que el covid se queda un buen tiempo con nosotros. No temerlo sino respetarlo, aprender a convivir con las medidas sanitarias, buscando la felicidad en las cosas que probablemente olvidamos con la “antigua normalidad” por estar DE LA CABEZA con tantas cosas probablemente nos haya hecho dejar de lado quiénes somos. Con la resiliencia volveremos a ser mejor de lo que fuimos. No perdemos nada buscando desarrollarla más. Nos leemos el otro sábado.