POR BERNT ENTSCHEV
Presidente y fundador de The Bernt
Entramos en el último cuatrimestre del 2020 y aún existen muchas dudas sobre el tema del coronavirus. A pesar de mucha información disponible, no hay legislación, lo que tenemos son recomendaciones de organismos responsables y esto impacta directamente en la vida de las empresas que quieren volver paulatinamente a las actividades presenciales a finales de este año.
Muchos profesionales con los que he charlado me han preguntado: Bernt, ¿es hora de volver? Mi respuesta es: Si uno analiza el contagio que aún existe, la respuesta es no. Porque no hay una caída significativa en ningún lugar de Brasil, con muy raras excepciones. Ahora bien, si la idea es volver con todas las medidas de seguridad, la mayoría de las actividades económicas ya cuentan con este aval.
Entonces, ¿qué se debe hacer? Creo que para esta reanudación, las empresas y los colaboradores deben tomar medidas de seguridad en una contribución mutua.
Será inevitable, por ejemplo, que las empresas preparen nuevo material o nuevas acciones de “bienvenida” o “integración” para los que “llegan”. Es decir, todos los protocolos implantados en la compañía deben ser presentados al colaborador de manera sencilla y enérgica. La responsabilidad hacia los demás y la responsabilidad propia deben ser palabras que se trabajan exhaustivamente en el día a día. Esto también incluye la creación de una nueva política interna.
Las empresas aún tendrán que tomar diversas medidas mediante la disponibilidad de kits de higiene, llevar a cabo la distancia física entre equipos, pensar cómo será el espacio de la cafetería, de los baños, del transporte del empleado y de la higienización de los espacios. Por lo tanto, la reanudación no es algo en lo que se deba pensar simplemente al salir de casa hacia el trabajo y ya está. Pero sí, ¿cómo será la permanencia en el ambiente laboral?
Finalmente, colaboradores, la responsabilidad es de todos. Es necesario seguir las reglas y agregar cuando sea necesario, para que el retorno sea lo menos tenso posible.
Sin embargo, una cosa es cierta: olvídese de las reuniones en las mesas de la cafetería, charlas en la cafetería, happy hour al final del día, eventos y viajes corporativos.
El mundo en el que vivimos hasta mediados de marzo pasado aún no está disponible. Quizás no vuelva más. Debemos construirlo de otra manera y, a partir de ahora, empezar a valorar nuestras relaciones y la importancia del otro. Algo que perdimos allá atrás por nuestra negligencia, y que ahora vemos lo esencial que es en nuestras vidas. ¡Buen regreso!
Dejanos tu comentario
El sector turístico se prepara para la 20° edición de la Fitpar
La Asociación Paraguaya de Agencias de Viajes y Empresas de Turismo (Asatur), realizó el lanzamiento oficial de la vigésima edición de la Feria Internacional de Turismo del Paraguay Fitpar 2025, el pasado jueves 4 de septiembre en el salón Turista Róga de la Senatur.
El objetivo de este encuentro fue promocionar la feria internacional más importante del Paraguay Fitpar 2025, a realizarse los días 10, 11 y 12 de octubre en las instalaciones del Centro de Convenciones Mariscal, con el apoyo de la Senatur e Itaipú Binacional.
Esta feria de turismo que figura entre los grandes acontecimientos turísticos de la Organización Mundial del Turismo (OMT), este año destaca a la República de China (Taiwán), como país invitado, que deleitará con su cultura milenaria, gastronomía y atractivos turísticos.
Te puede interesar: Tesorería paga hoy G. 109.000 millones a proveedoras del Estado
Además, presentará el Circuito Vivencial del Arte TOBA, un emprendimiento con alma que transforma la tradición en inspiración, visibilizando el arte, la cultura y la rica identidad de Tobatí. La feria busca estrechar vínculos entre las empresas y promover acciones tendientes al fortalecimiento de todo el sector.
Fitpar 2025, declarada de Interés Turístico Nacional por Resolución Nro. 413/2.025 de fecha 04/04/2025 de la Senatur, de Interés Nacional y Turístico por Declaración Nro. 298 de fecha 11/06/2025 de la Honorable Cámara de Senadores, de Interés Nacional por Declaración N° 1.095/2025 de fecha 22/07/2025 de la Honorable Cámara de Diputados, reunirá a un importante número de empresas e instituciones locales como extranjeras, convirtiéndose por algunos días en el principal centro de los negocios turísticos de toda la región.
En su edición 2024, participaron 837 expositores, provenientes de 10 países, quienes presentaron sus ofertas de más de 300 marcas y destinos turísticos, donde se tuvieron resultados muy positivos, ya que se registraron más de 7.500 visitantes de los cuales 2.470 personas fueron profesionales del sector turístico, 620 estudiantes y 837 expositores.
Para la presente edición ya confirmaron presencia 9 países y más de 150 empresas. En el marco de la Fitpar se organizan seminarios dirigidos a profesionales y estudiantes del sector turismo como también exposición de artesanía y se podrá saborear la rica gastronomía paraguaya.
El acceso es gratuito y estará abierta a todas las personas interesadas en concretar negocios, capacitarse o simplemente planificar sus próximas vacaciones con las diferentes promociones y paquetes ofrecidos durante el desarrollo de la muestra. Para mayor información se debe llamar a la Gerencia General de Asatur, teléfono (595-21) 494 728, WhatsApp +595 983 800 960 o al correo: secretaria@fitpar.org.py.
Lea también: Créditos en moneda nacional totalizaron G. 99 billones en julio
Dejanos tu comentario
De recuerdos, viajes, brindis, amaneceres, aprendizajes y contar historias
Con cada viaje aprendí la relevancia de enhebrar microhistorias que –como primeras versiones de algunas historias– serán la historia que otros y otras habrán de contar.
- Por Ricardo Rivas
- Periodista X: @RtrivasRivas
- Fotos Gentileza
La que pasó fue una semana de y con recuerdos. Algunos en soledad y otros, con amigos y amigas. Confieso que he viajado. Mucho. Más de lo que pude imaginar desde niño que –supongo– por desconocer que era posible llegar a todas partes, viajar no era imaginable. Pero, desde que comencé a hacerlo casi con exclusividad para ejercer el oficio de periodista o para estudiar, lo que de esos desplazamientos guardo y resguardo son sabores, imágenes, luces, sombras e interrogantes que –después de tantos años de tenerlos– me atrevo a pensar que carecen de respuestas.
¿A dónde van a parar las palabras no dichas, los deseos no expresados, los sueños perdidos, los corazones rotos, las personas que perdimos en el camino...?, me pregunté una y otra vez en una playa desierta donde solo escuché durante largas horas el ruido del mar.
Aquella misma noche, sin embargo, mirando fijamente el agua que mojaba mis pies, me animé a pensar que, aunque me gusta el mar, disfruto más del Río de la Plata que conocí de pequeño. Y supe entonces que lo extraño porque aquel río que conocí, que nos recibía, que nos dejaba entrar en él para bañarnos, divertirnos y hacernos felices, ya no es. El río que amo y no dejo de amar es aquello que nos dio y ya no nos puede dar porque enfermó.
AMANECERES
Viajar es parte importante de mi vida. Fascinante. Querer conocer historias, personas, personajes para preguntarles con frecuencia deviene en pulsión. Después de una de mis tantas ausencias, en una larga charla le confesé a Cristina, mi amadísima esposa y compañera, que también viajo porque disfruto de coleccionar soles nacientes. Las atesoro. Son momentos –instantes, acaso– muy particulares. Especiales, en los que el tiempo puede medirse a partir de los vertiginosos cambios de tonalidades con los que nos envuelve cada nuevo día.
En Buenos Aires al sol le cuesta ganar altura. Enormes edificios le quitan protagonismo y espacio. La gama de los grises, cuando el día comienza en algunos lugares de las tierras altas en Escocia, sin dudas, asombra. Ver cómo se asoma el sol desde las costas del Atlántico Sur, en Mar del Plata, encandila. Los amaneceres en torno del mar Muerto o en la mismísima fortaleza de Masada, en el desierto de Judea, en el sur de Israel, conmueven y contrastan con la palidez de los primeros cielos de cada jornada en Santiago de Chile o en Ciudad de México.
Pero no recuerdo ningún amanecer con los que tantas veces me embeleso como en mi querida Asunción cuando la bahía se enciende. No tengo memoria en Nueva York de amaneceres deslumbrantes. Como en Buenos Aires, allí triunfa el cemento y en las décadas más recientes le disputan el podio a Febo los cristales que reflejan sus rayos. En la China gigantesca también encontré amaneceres inolvidables. En el sur, especialmente. Y, en una ocasión, desde la Gran Muralla. El sol es atrapante. Y buscarlo es sustancial en la vida del viajante. Tanto para llegar a otro destino como… “a buen puerto”.
Cada lugar deviene en búsqueda y, por cierto, siempre existe aquello que el viajero habrá de buscar y, tal vez, podrá encontrar. Tuve un tiempo en que incansablemente procuré sentarme con amigos, amigas o, en soledad, para beber o transcurrir en aquellos lugares donde alguna vez lo hiciera Ernest Hemingway.
UNA PERSONALIDAD ATRAPANTE
Allá por el 1995 durante varias horas en el Aeropuerto Internacional del Galeão, en Río de Janeiro, dialogué con Martha Ellis Gellhorn (1908-1998), quien fuera la tercera esposa de Hemingway por cinco años desde 1940. Escritora y periodista, como corresponsal de guerra fue la única colega que acompañó a las tropas aliadas en Normandía y desde el campo de batalla reportó el Día D, el 6 de junio de 1944.
Una personalidad atrapante que en 1943 dejó a Ernest en la finca El Vigía, donde convivían, cerca de La Habana, Cuba, para ir a cubrir la Segunda Guerra Mundial desde Italia. Con el tiempo también trabajó en Vietnam y en Panamá, cuando la invasión norteamericana en 1989. ¿Y qué hace aquí, en Río? “Un reportaje sobre las favelas que publicaré en la revista ¿A qué bar cubano iba Hemingway? “Al Floridita”, respondió.
Poco menos de tres años después supe que murió a los 89. Tal vez, por suicidio, trascendió. No lo creo. En su honor, años más tarde, en un atardecer entré en El Floridita y ordené “un daiquiri como el que tomaba Hemingway”. Azúcar, limón, ron blanco Baccardi, hielo y cinco gotas de Marrasquino. Una delicia para endulzar las historias de siempre sobre una revolución que nunca termina. Tal vez, aquella noche, haya bebido de más. Me largué a caminar por el malecón. Recuerdos.
“Aquí, en Washington D. C., más exactamente en Capitol Hill, en WH (White House) y sus alrededores, el poder se siente. Se percibe. Se puede oler y hasta beber. El poder nos devora”, dijo durante un after office, en 1992, un líder parlamentario norteamericano que amablemente departía con un grupo de becarios argentinos entre los que me encontraba. Nunca olvido esas palabras. Valen allí y en todas partes. Duras, descarnadas, precisas.
Viajar también es conocer el poder. Recuerdos. Apenas ocho días atrás mi querido amigo-hermano Augusto dos Santos cumplió años. Con él en Asunción –unos 1.650 kilómetros al norte de Mar del Plata, en Argentina, uno de mis lugares en el mundo desde donde lo busqué para saludarlo– como desde largo tiempo nos comprometimos a un pronto encuentro para levantar una copa (o varias, en verdad) para celebrar tan relevante acontecimiento como, sin duda alguna, lo es su natalicio.
PRÁCTICA SOCIAL
La palabra brindis, afortunadamente, siempre nos acompaña. Es una de nuestras fraternas prácticas sociales que profundizamos donde nos encontremos. Siempre nos prometemos y comprometemos a brindar y en cada oportunidad en que nos reunimos, cumplimos. Nada nuevo. Aunque, si de brindar se trata, siempre es posible aprender algo de esa costumbre que nos llega desde lejos.
Recuerdo que fue en Buenos Aires, en un atardecer cualquiera, cuando en el piso 17 de un lujoso edificio ubicado en la esquina de las calles Florida y Paraguay, solo a un par de cuadras de distancia de la plaza San Martín, cuando lo supe. Allí, en torno de una vinoteca con cava propia bien provista departíamos sobre todo y casi nada. De pronto, la voz de una mujer huesuda, pelirroja, con un copón bien provisto en su mano derecha, que aseguró ser doctora en antropología, comentó que “hay evidencias ciertas que dan cuenta de que desde unos 170.000 años en Sudáfrica se practicaba el brindis”.
Irremediablemente ganó nuestra atención. Con impronta soberbia y aires académicos añadió que “más acá en el tiempo y con mucha más precisión, puedo decirles que el hábito de chocar las copas –por decirlo de alguna manera– como lo hacemos esta noche, podría haberse extendido en Europa en tiempos del Paleolítico Superior que se inició unos 40 mil años atrás, después de la última glaciación y la irrupción verificada del Homo Sapiens”.
Todo el lugar y la atención de quienes allí nos encontrábamos era ella y los conocimientos que contenía su palabra. Claramente observé que disfrutaba en plenitud de la situación que se creó entre ella y ese público exclusivo. Se la percibía feliz. Tan feliz que era posible imaginar que frente de nosotros alguien disfrutaba de algo muy parecido a la idea de los quince minutos de fama de los que hablara y anunciara Andy Warhol allá por los 70.
Pero ningún happy hours es para clases magistrales. ¿“Grazie mille por su aporte y conocimiento dottoressa”, dijo con solemnidad un italiano que aseguraba ser nórdico, se presentaba como “el conde don Giovanni” y que en cada anochecer que conseguía localizar e instalarse en una reunión entre amigos entregados a las libaciones fraternas, se sumaba sin invitación y luego de beber –casi siempre en abundancia– discretamente se retiraba… sin pagar. Prolijo y consuetudinario escapista aquel noble de alguna corte seguramente imaginaria y milagrosa. Brindo por su recuerdo y por aquel momento inolvidable.
EL TIEMPO EN LOS LABIOS
Hoy, unas pocas horas atrás, desde Barcelona, ese destino más que disfrutable y entre mis afectos al que en todo momento estoy dispuesto para regresar, quien de niño fuera Tito –para todos y todas en el Bajo Belgrano, nuestro pueblo natal en Buenos Aires y desde un cuarto de siglo se reconoce y lo reconocen en las playas mediterráneas como Angelillo– me contó cuál es el nuevo trago que consumen los ricos y famosos en el Paseo Marítimo barcelonés. “El temps als teus llavis, lo llama Yeray Monforte, su creador, y cuesta mil euros…”.
Lo interrumpí para dejar sentado que en nuestra próxima vez nada ni nadie habrá de tentarnos con esa bebida de autor que en la carta del barman que firma el propio Monforte la ofrecen como “time in your lips”, trago con el que de ninguna manera tenemos la posibilidad de calmar con ella nuestra sed de amistad fraterna. Pero, cuéntame, Angelillo, ¿con qué ingredientes lo prepara? “Toma nota: tequila Gran Patrón Burdeos, champán Louis Roederer Cristal Rosé 2014 y… oro de 25 quilates”.
Enmudecí. “Se sirve en Shôko Restaurante & Lounge, en la playa y es el cóctel más caro de España”, añadió. ¿Una nueva era de la opulencia en ciernes?, me pregunté en silencio. Tal vez, pero… habrá que ver e incluso redefinir opulencia en tiempos de los que respetables académicos y pensadores llaman “oligarquías tecnológicas”.
No es para nosotros, pensé, y creo que acierto aplicando el plural sin faltar a la verdad. Nos despedimos. No había mucho más para decir. Que el oro se puede ingerir de ninguna manera es novedoso, por cierto. Varias décadas atrás, en “La posada La Chimère”, en Buzios, el querido Gato Dumas (1938-2004) me comentó que el oro es antiinflamatorio y que en la India lo prescriben para mitigar los efectos de la artritis y el reuma.
Recuerdo que aquel grande de la gastronomía –y de la amistad– fue más allá para precisar que en ese país se consumen entre 12 y 14 toneladas de oro comestible cada año porque se trata de un ingrediente infaltable en todo tipo de celebraciones. Al parecer –palabra más, palabra menos– añadió que los egipcios en la antigüedad incluían el oro en la dieta alimenticia de nobles y sacerdotes. Igual que en aquella larga noche en Buzios que concluyó con cantos en la playa en torno de un fuego que declinó en la madrugada hasta apagarse minutos antes de clarear, incomprendo.
EL PODER
“El poder tiende a corromper y el poder absoluto corrompe absolutamente”, sentenció John Emerich Edward Dalberg-Acton (1834-1902), también conocido como lord Acton. Sospecho –y aunque admito que arriesgo al expresarlo– quiero creer que con esas palabras fue a fondo con sus pareceres críticos para con ricos y famosos (como los llamaríamos por estos días) al igual que con aquellas y aquellos que destilan vocación de poder para vivir en, de, desde y del poder alejados de toda posibilidad de servir sin ser servidos por serviles. Volví al presente. “La historia se repite dos veces, primero como tragedia y después como farsa”, sostiene Karl Marx (1818-1883) en “El 18 de Brumario de Luis Bonaparte”, una de sus obras.
En 2017, cuando por cuestiones académicas estuve por un tiempo –nunca suficiente– en China, mi querido amigo Shen An –periodista y académico relevante muy respetado en el Imperio del Centro– mientras caminábamos con un grupo de amigas y amigos por los bellos senderos que rodean al Monte Púrpura, en la periferia de la ciudad de Nanjing, provincia de Jiangsu, situada en el delta del río Yangtsé, me contó que allí estaba enterrado un emperador que varias veces –desde el más allá– se quejó porque no lo dejaban tranquilo en su sueño eterno.
Pasa que Nankin –como muchos chinos y chinas prefieren llamar a aquella ciudad bellísima– crece e inevitablemente es más ruidosa. Durante largo tiempo llamada Tianjing, la “capital del cielo”, se la señala además como “la ciudad de la educación, la ciencia, la cultura, el arte y el turismo”. Aquel fue un día extenuante. Realmente. Pero fue además un armonioso momento para conocer historias atrapantes.
Frente al mausoleo Ming Xiaoling, donde se encuentra enterrado el emperador Hongwu (Zhu Yuanzhang), fundador de la dinastía Ming, An pausadamente me hizo saber que allí también descansa el emperador Qin Shi Huang (259 – 210 aNE), que en el 221 aNE lideraba el muy pequeño Estado de Qin. Pese a esa situación territorial adversa, consiguió reunir a todos los reinos de entonces e inmediatamente se proclamó “Shi Huangdi”, categoría que tradujo como “primer emperador”.
“En esa condición, Qin unificó a China”, explicó Shen. Pero pese a aquel logro político tan importante, no se sentía completamente feliz porque el segundo objetivo personal que procuraba alcanzar era mucho –muchísimo– más complejo. El primer emperador de la China unificada, Qin Shi Huangdi –ya poderoso– deseaba la inmortalidad.
ELIXIRES
¡Insaciable! Alquimistas y sabios taoístas –idóneos epocales– reconocidos mixólogos recomendaron al Shi Huangdi la ingesta de mercurio que presentaron como un ingrediente que nunca debía faltar en sus bebidas. Para los seguidores de Lao Tse, el mercurio –“con vitalidad propia”– actuaba sobre el organismo como un restaurador del equilibrio para prolongar indefinidamente la vida.
Aunque cueste creerlo, desde entonces y hasta casi el fin de siglo XIX parcialmente esas creencias se mantuvieron. De hecho, los que se conocieron como “elixires de la inmortalidad” invariablemente contenían compuestos de mercurio, aunque con llamativa frecuencia a esas recetas magistrales se les añadía oro y/o jade, cuyas propiedades y efectos no eran demasiado claros, pero los segmentos sociales más altos los consumían ostensiblemente.
¡Increíble! Con Shen An reímos. Aunque inmediatamente, el viejo colega que alguna vez fue el corresponsal jefe al que reportaba desde Buenos Aires, en perfecto español con acento chino, concluyó con la historia del primer emperador chino. ““El histórico –impiadoso–expone que aquel sueño del fundador de la dinastía Qin de ser emperador de la China unificada fue mucho más sencillo de alcanzar que la inmortalidad que también pretendía y deseaba fervorosamente”, sentenció. Qin Shi Huang murió a los 49. Probablemente víctima de mercurialismo que se causó por consumir mercurio para su inmortalidad.
Así concibo mi forma de ser periodista. Aunque debe haber otras. Con cada viaje aprendí la relevancia de enhebrar microhistorias que –como primeras versiones de algunas historias– serán la historia que otros y otras habrán de contar. No somos la historia. Apenas somos memoria y convicción de que, aunque muchos y muchas no acepten responder, “cada pregunta tiene su respuesta”, como aprendimos de Mario Benedetti.
Dejanos tu comentario
Por motivos de seguridad, alto funcionario de EE. UU. retrasa su viaje a Paraguay
La embajada de los Estados Unidos en Paraguay informó este viernes que el almirante de marina, Alvin Holsey, se vio obligado a retrasar su viaje a nuestro país por motivos de seguridad. Se aguarda que se concreté mañana sábado, a fin de mantener un encuentro con el presidente de la República, Santiago Peña.
“Tras una inspección rutinaria previa al vuelo, realizada ayer (jueves) y siguiendo el consejo de su tripulación, el almirante Alvin Holsey, comandante del Comando Sur de los Estados Unidos, se vio obligado a retrasar su llegada a Paraguay por motivos de seguridad, que es primordial en todas las decisiones relacionadas con la aviación", refiere la sede diplomática.
Asimismo, el comunicado emitido por la embajada y compartida por la Presidencia de la República, manifiesta que “el comandante y su equipo están trabajando diligentemente para poder viajar a Paraguay mañana sábado y reunirse con el presidente Peña y altos funcionarios de defensa”.
Alvin Holsey estará acompañado del director senior del Consejo Nacional de Seguridad de la Casa Blanca para el Hemisferio Occidental, Roosevelt Ditlevson, secretario asistente interino del Departamento de Defensa para el Hemisferio Occidental y Joseph Humire, secretario sub-asistente del mismo organismo.
Lea también: Arrancó la danza de nombres en la Junta de Asunción para reemplazar a Rodríguez
La agenda del alto funcionario de Estado del país norteamericano también incluye una reunión con el canciller Rubén Ramírez, el ministro de Defensa Nacional, general (R) Óscar González, el comandante de las Fuerzas Militares, general César Augusto Moreno Landaira, además de otras autoridades civiles y castrenses.
Jensen, Ditlevson y Humire también tienen previsto reunirse con el ministro de Tecnologías de la Información y Comunicación, Gustavo Villate y referentes de otras instituciones estratégicas. Las reuniones forman parte de un esfuerzo más amplio de cooperación bilateral, que busca fortalecer la seguridad regional y consolidar la colaboración militar de larga data entre ambos países.
Te puede interesar: Cuatro firmas compiten por construir la futura sede del Indi en Caaguazú
Dejanos tu comentario
En el Día del Niño, Salud recuerda que necesitan jugar y alejarse de las pantallas para crecer sanos
Desde el Ministerio de Salud recordaron que los niños y niñas deben mantener una infancia activa y feliz, por eso es importante salir al aire libre realizar actividades físicas y alejarse de las pantallas. Estas recomendaciones harán que crezcan sanos y felices.
“Es importante motivarlos a estar menos tiempo sentados frente a pantallas y a mantenerse activos para el desarrollo físico y mental”, socializaron desde Vigilancia de la Salud, dependiente de la cartera sanitaria.
En este día tan especial, los especialistas recordaron que los pequeños necesitan jugar, compartir con sus pares y ejercitarse para crecer sanos. “Para lograr una infancia activa y feliz se necesitan más juegos al aire libre”, puntualizaron.
Lea también: Día del Niño: una fecha para regalar sonrisas y celebrar la infancia
Así también, socializaron una serie de recomendaciones y actividades que pueden hacer los niños como: saltar la soga, lanzar pelotas, saltar en un pie y dos pies, caminar y correr, andar en bicicleta, jugar a las escondidas, descanso o rayuela.
“El juego al aire libre es esencial para el desarrollo infantil saludable y sienta las bases para una adultez con mayor bienestar físico y emocional. Las ideas para fomentar el juego en movimientos son los saltos, correr, caminar y compartir”, aclararon.
Indicaron que la exposición a las pantallas deben ser limitadas por edades como: los niños de 0 a 2 años nada de pantallas; de 2 a 4 años lo máximo que deben estar expuestos al uso es de 1 hora; de 5 a 17 años máximo hasta 2 horas.
Te puede interesar: ¡Sábado con sabor a primavera! El calor se instala en todo el país