Rogelio no confía en la calidad del trabajo de su gente. Cuando delegó, las tareas no se hicieron en tiempo y forma. Por lo tanto, volvió a encargarse de ellas. Lo que no se da cuenta es que están ingresando, él y su equipo, en el círculo vicioso de la falta de delegación y empoderamiento.
Todas las veces que siga encargándose de la tarea y centralizando la acción, reafirmará este círculo vicioso una y otra vez. Los miembros de su equipo no estarán lo suficientemente preparados porque carecen de la oportunidad de tener la acción en sus manos por tiempo suficiente. Además, no tendrán la suficiente confianza en sí mismos (“mejor que lo haga/vea el jefe”) ni sentirán que Rogelio confía en ellos.
Este patrón de comportamiento en un líder, potenciado por las decenas o cientos de veces que se repite, hace que una organización no crezca. Decimos “no tengo personas que piensen”, pero nosotros mismos como jefes, gerentes o encargados no creamos el espacio y las posibilidades para que asuman la responsabilidad. Cambiar esto requiere tiempo y desarrollo de habilidades para ser buenos delegando. ¿En qué necesito enfocarme?
* Confianza: Para que una persona crezca en su capacidad de acción necesita que se la deje en sus manos. Ninguna preparación teórica puede sustituir el momento en que te corresponde accionar a vos. La confianza en otro permitirá que cada uno aumente su confianza en sí mismo.
* Comunicación: Ser claro y específico me permitirán que la otra persona interprete qué resultados espero de ella y cómo debería hacer la tarea.
* Inteligencia emocional: Esto me facilitará el desarrollo de la paciencia y que el acompañamiento se dé dentro de un ambiente emocional positivo.
* Seguimiento: La cuestión no es delegar una tarea y olvidarla. La responsabilidad sigue siendo mía y como líder necesito ejercer el seguimiento de las mismas.
* Retroalimentación: No existen fracasos, sino resultados no deseados. Cuando los descubro, necesito brindar al otro la información de una forma que construya y propicie el comportamiento deseado.
* Reconocimiento: Cuando valoro lo positivo, hago que eso crezca. Necesito invertir tiempo reconociendo y agradeciendo de forma sincera y detallada.
La delegación es un proceso, no un acto. Eso significa que acompañar y guiar a la persona por un periodo hasta que realice la tarea con el nivel de desempeño deseado. ¿Estás en este círculo vicioso? ¿Qué necesitás hacer para salir de él?