Por Fernando Ojeda (*)

El mundo atraviesa un tiempo de incertidumbre a nivel económico, social y Paraguay no está exento. En estos últimos tiempos, analizando las proyecciones económicas sobre el crecimiento económico que tendrá el Paraguay en el 2021 genera un horizonte de futuro mejor para nuestro país. Pero ¿Cómo está Paraguay hoy para hacer realidad esas inversiones, de las que tanto hablamos ¿No se está tomando como base una fotografía pasada y eso provoca una proyección errónea?

Muchos de los posibles inversionistas que tienen interés real en instalarse en Paraguay, resaltan la gran incidencia del costo de transporte (fluvial, terrestre y aéreo), ocasionando una pérdida de competitividad. Los encargados de analizar la instalación de inversiones, se olvidan de incluir otros factores muy importantes: el desarraigo, el capital propio, tiempo y costo operativo que conlleva toda inversión, tiempo necesario para acceder al crédito, altos precios de servicios (país mediterráneo), infraestructura nula e insuficiente, baja mano de obra especializada y la excesiva burocracia en las instituciones.

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Con todo lo mencionado, Paraguay ya no resulta muy atractivo a los inversionistas extranjeros; se ha visto que el sistema impositivo 10-10-10 como caballito de batalla, no es el único indicador a la hora de tomar la decisión de invertir. Otro factor importante a considerar, es el ingreso de nuevos países con incentivos, competidores directos y con ventajas comparativas importantes para los inversionistas.

Mirando el contexto regional se tiene que Argentina ha creado el Gabinete de Comercio Exterior de muy alto nivel, cuyo objetivo es impulsar las exportaciones de productos locales. Han diseñado un Plan Estratégico 2020/2030, a través de una Matriz de Exportación. Han diseñado 60 medidas, para fomentar los sectores con mayor capacidad exportadora. Incluyen 242 sectores y subsectores, orientados para 62 mercados internacionales, conforme a las exigencias y condiciones de acceso. Motivados por una diferencia en el tipo de cambio que los hacen muy competitivo, apuesta al aumento de la producción agropecuaria, forestal, consolidación regional, como centro de producción, industrialización y distribución del sector farmacéutico.

Brasil, a través de la Secretaría de Comercio, ha diseñado un Nuevo Plan de Exportación y Comercio Exterior, generando un Sistema Integral de Incentivos y de esa manera beneficiar a todos los sectores y subsectores industrial, automotor, agroindustrial, servicios tecnológicos y la creación de una base de datos mundial, que favorecerán las exportaciones de las pymes brasileñas.

Por tanto, los resultados del plan poscovid se empezará a ver a mediados del 2021, lo que permitirá un mayor dinamismo de la economía interna, acompañado de un tipo cambio favorable a las exportaciones. Uruguay ha creado un Consejo de Asesores de Política Comercial y Comercio Exterior, que han diseñado un Plan Integral de Comercio Exterior Poscovid, para lo cual están implementado mecanismos e instrumentos que favorecen a la atracción de inversiones. Mejoraron el Sistema Impositivo a través de incentivos fiscales para todos los sectores industriales, agroindustrial y tecnológico. Realizaron una ampliación de facilidades para la explotación de la zona franca.

Ha facilitado la inmigración a personas físicas con disponibilidad de un monto mayor a 300.000 dólares, motivando un crecimiento de las inversiones en pequeñas, medianas y grandes empresas y generación de mano de obra, a mediano plazo. Además, avanza en las negociaciones de nuevos mercados en China, África, Países del Este y la consolidación con los actuales mercados de exportación.

Por todo lo expuesto, Paraguay tiene un desafío muy importante para desarrollar un Plan Integral de Política Comercial y Comercio Exterior, más allá del actual Plan de Desarrollo. Un Cambio Estructural, no es para tomarse a la ligera y mucho menos tomarse como bandera para el figuretismo Político. Este Tipo de Cambio es complejo, ya que determina el futuro de un país y sobre todo la forma de vida en las generaciones venideras.

Se requiere un pacto de todos los sectores políticos y socioeconómicos, a fin de consensuar qué tipo de país queremos para dentro de los próximos 30 años. Para ello se requiere de serenidad y firmeza, en tomar decisiones. No será fácil, ya que existen intereses personales, políticos y socioeconómicos.

El camino es muy difícil y con muchos obstáculos, pero si hay convicción y determinación de todos los sectores y se pone al Paraguay en primer lugar, se puede lograr. Somos solo 7,5 millones de habitantes patriotas y nacionalistas (todo el tiempo lo repetimos), así que ahora se verá a los verdaderos paraguayos, que quieren una Patria mejor.

(*) Economista, ex embajador paraguayo en Alemania (2015-2019).

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