De la Cabeza
Por el Dr. Miguel Ángel Velázquez
Dr. Mime
Todos sabemos que, cuando nacemos, tenemos ya el mismo número de neuronas que tendremos cuando seamos adultos (de no mediar enfermedades o condiciones anormales que nos hagan perderlas). Pero estas aún no están conectadas, y el proceso de interconexión entre las mismas es lo que se viene a continuación. Este proceso es el que hace que el cerebro del niño crezca tan rápidamente durante los primeros meses de vida.
De hecho: a los 6 meses el cerebro pesa el doble de lo que pesa al nacimiento (350 gramos al nacer, 700 gramos a los 6 meses), a los 14 meses pesa ya 900 gramos, a los 18 meses alcanza el 80% del peso definitivo en el adulto (1.100 gramos a los 18 meses y 1.400/1.500 gramos en la adultez) y a los 5 años ya tiene el 90% (1.250 gramos) del peso definitivo. A los 7 años de edad, cuando el cerebro del niño pesa y mide casi como el de un adulto, en los lóbulos frontales hay un 40% más de sinapsis (conexiones entre neuronas) que en la vida adulta. Esto sucede en todo el cerebro, y estas sinapsis se van retrayendo hasta los niveles del adulto, alcanzando el cerebro entre los 4 y 7 años de vida, el mayor número de conexiones entre las neuronas. Esto implica que el cerebro crece durante los dos primeros años de vida, a una velocidad impresionante por minuto, no debido a la multiplicación neuronal, sino a que la estructura se organiza gradualmente para llegar a su máximo nivel de complejidad.
El cerebro de un niño está más densamente conectado que el de sus mismos padres, y utiliza más energía. Acordate de eso cuando veas a un niño con su inagotable energía: en su cabecita tiene una central eléctrica con 50% más de energía que en la tuya. El cerebro queda totalmente interconectado a los 20 años de edad y la actividad cerebral alcanza el nivel adulto. Hablé mucho de esto en mi libro “Cerebra la vida”, pero vuelvo a citar un experimento diferente con resultados interesantes, sobre todo para los padres de niños pequeños: la música acelera el desarrollo de la corteza cerebral de los pequeños, además de tener un efecto positivo sobre la memoria y la atención de los mismos, facilitando el aprendizaje de la lectura, escritura y matemáticas, la capacidad de ubicarse en un entorno y el coeficiente intelectual.
La revista Brain recoge este experimento hecho por la Universidad Mc Master de Canadá que siguieron por dos años a dos grupos de niños: el primero recibió enseñanzas musicales con el método Suzuki mientras que el segundo grupo no recibió ninguna (el método Suzuki es un método ideado por un violinista, filósofo y pedagogo japonés, y permite a los niños, aún los más pequeños, aprender música y tocar un instrumento). Los resultados de pruebas de memoria, de rítmicos, armónicos y melódicos musicales, y de cálculo, demostraron que los niños que siguieron el método Suzuki mostraron mayor sensibilidad a la melodía emanada de un instrumento como el violín, señal directa de mayor maduración del córtex cerebral.
Conclusión: señores padres, si quieren hijos DE LA CABEZA, adelante con la música…!!!