Por Pablo Alfredo Herken Krauer

Analista de la economía

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Aclaración importante: Lo que tuvimos el lunes 29 en el Palacio fue la presentación visual (en Power Point) de las grandes líneas de un proyecto inicial pero bastante definido del llamado “Plan de Reactivación Económica” (muy ambicioso, generoso y dulzón). Después del evento, unos hablaron de “recuperación”, y alguien más modestamente dijo “reanimación”, pero me motivó por realista y responsable aquel que lo resumió como “para evitar una mayor caída”, que al fin al cabo es de vida o muerte para muchísima gente que la ha venido pasando muy mal. El Plan 2020-2021 con una proyección de 18 meses de ejecución es del gobierno del presidente Marito, por un monto de 2.513,6 millones de dólares (7% del PIB, o tamaño de la economía). Pero exclusivamente desde el punto de vista fiscal o con recursos del Estado (con autoridad máxima de Hacienda realmente). No se presentó aún la otra pata: la del Banco Central del Paraguay (BCP): salvataje financiero y financiamiento para el sector agropecuario con miras a la siembra y cosecha 2020/2021 (sin olvidarnos del drama ganadero), que salva más la economía que el Estado paraguayo. El Ñapu'ã Paraguay merece mis calificaciones: 7 y 2 como techo y piso. Nota 7: En los papeles con espíritu positivo. El Plan no está mal, sus 3 ejes son útiles, pueden abarcar más: (1) 1.372,3 millones de dólares para inversión pública y empleos, 124.240 directos e indirectos; (2) 465,3 millones de dólares para protección social más ingresos e integración, con 250 millones de dólares para un Pytyvõ 2.0, que espero se focalice en las zonas fronterizas; y (3) 676 millones de dólares para créditos para el desarrollo, fortalecimiento de la banca pública y planes para vivienda. No está nada mal. Apunta en varias direcciones correctas, faltan otras. Pero sólo tenemos la presentación visual. Le falta carne y el cómo se va a cocinar. Nota 6: menos ambiciosa, y un poco más realista, considero su aplicación real en el terreno con la velocidad y profundidad necesarias. Faltan detalles, precisiones, conversaciones y negociaciones con sectores económicos, sociales y políticos, para incorporar propuestas realistas y mejorar los programas. Nota 5: falta, por favor, especificar con patitos claramente para que Juan Pueblo entienda y deje de pensar y decir “que todo se roba”, aunque es comprensible su rabia. ¿De dónde sale el dinero para financiar el nuevo Plan de 2.513,6 millones de dólares? Si por 1.600 millones de dólares de la Ley de Emergencia y más de 100 dolorosos días de cuarenta de pérdida de casi todo la gente está “enojada”, ahora tenemos un Plan 57% más grande o 913,6 millones de dólares más grande, y la explicación de su uso comete los mismos errores. Necesitamos saber cuáles son las malditas fuentes de financiamiento reales del Plan de reactivación: por emisión o colocación de bonos “nuevos” y “viejos disponibles”: saldo de 1.269,2 millones de dólares de los bonos vendidos, 450 y 1.000 millones de dólares en enero y abril pasados, por deuda “nueva” (350 millones de dólares, “el único endeudamiento” ¡Mentira!); por el uso de préstamos “viejos” anteriormente conseguidos, desde el 2010 (3.407 millones de dólares disponibles en saldo a ejecutar, que al usarlos se convierten en endeudamiento “viejo” y real); por el monto que se redirige de los 1.600 millones de dólares de la Ley de Emergencia de marzo (art. 33), que en realidad es de1.990 millones de dólares (art. 35). ¿Por qué nos mienten? De los 1.600 millones de dólares quedan por transferir 497 millones de dólares, dice Hacienda, 400 millones de dólares a Salud ¿para qué si no usó casi nada de los 100 millones de dólares iniciales? y 97 millones de dólares a Pytyvõ 2.0., y pago y de servicios públicos. Ya se transfirieron 1.103 millones de dólares (69%). Pero, ¿y la ejecución real y lo que se consiguió? ¿Qué se hace con los 570 millones de dólares que se le debe al BCP? Las obras públicas proyectadas cómo se financian una por una.

Nota 4: el programa de obras públicas o de inversión pública “estimada para el segundo semestre” de 1.372 millones de dólares, tiene un pobre complemento de obras civiles o sociales (viviendas sociales para los sectores más pobres, en departamentos, regiones, zonas, ciudades en situación más crítica, fronterizas). Ojo, y muy peligroso, ¿y el mejoramiento en infraestructura en todas las escuelas y colegios públicos en el país, para que no se caigan, paredes, techos, sanitarios, comedores? Con “grandes obras públicas” (rutas, puentes, plantas de tratamiento) el país realiza una inversión pública muy importante, si la hace bien, para el crecimiento y desarrollo a mediano y largo plazo, pero su efecto directo e indirecto en la calidad de vida de la gente en el corto plazo, días, semanas, meses, semestre, año, es muy poco. Y ese es el dramático caso nuestro.

El Plan es para lo importante, no para lo urgente, en muchos casos. Y en el largo plazo todos estamos muertos. Con las grandes obras públicas hay un goteo económico. Necesitamos un derrame económico. Lluvia. Nota 3: no nos sigan tomando por tontos: “nos endeudamos nuevamente solamente por 350 millones de dólares”. Nos endeudamos por más.

No hay impuestos para obras públicas. “Ya no pagaremos con deuda sueldos y gastos rígidos”, dijo el Presidente. Si las recaudaciones mejoran. Nota 2: ¿hay un Plan “B” de contingencia por si todo no sale bien como esperamos? ¿Rebrote? ¿Crisis en Argentina y Brasil? ¿Malas condiciones climatológicas? ¿Flojas recaudaciones de impuestos? ¿La incertidumbre? ¿La suba en el precio del dólar? ¿Quiebra de empresas importantes? ¿Arrastre de bancos o financieras? ¿El enojo de la gente? Ya pasó lo peor, lo más difícil, y viene la recuperación, dijo el amigo Benigno. No para muchísima gente que aún está en el fondo del pozo. Nuestra economía se vino achatando desde junio del 2018, con recesión en el primer semestre del 2019 y 0% al final. Y cae fuertemente en el 2020. Las heridas económicas están abiertas, no se cicatrizan. Hay que respetar el dolor de la gente. Pero con que el Plan haga un buen control de daños y riesgos y evite una caída mayor, mucho podría aportar. Recemos. Cuando un pueblo no sabe cómo y en qué se usa su dinero y por qué su futuro se endeuda, se convierte en el peor enemigo. Para evitar esto está Alejandro Peralta Vierci, si se fuera. Was gesagt werden muss, muss gesagt werden. Duele decirlo, pero hay que decirlo. DDPHQD

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