Por Marcelo Pedroza
Es sorprendente vivir. Pensar la existencia y lo que ella representa, es grandioso. En cada vida lo admirable encuentra su hábitat. Es un lindo ejercicio el acto de asombrarse y es posible lograrlo con el solo hecho de apreciar la posibilidad de respirar. Es gigante ese momento y fascina que se puede valorar constantemente. Cada cual puede darle contenido a la ejemplificación expuesta, además de incorporar situaciones personales o grupales que quiera rescatar, rememorar o realizar a partir de ahora.
¡El acontecimiento es la vida misma! Es su majestuosa presencia la que convoca a asumirse como un ser único, auténtico y virtuoso. Estas, y las que quieran anexar, son las llaves que permiten el acceso al crecimiento, al desarrollo de las aptitudes, al conocimiento de las capacidades, al valor de las actitudes. Al descubrimiento del ser en su integridad.
Es uno en el tiempo que transita por este mundo. Es uno aprendiendo a asombrarse, a deleitarse, a crecer, a disfrutar de los instantes que vive. Es uno y sus limitaciones, esas que se aceptan, que se asumen, que ayudan a aprender, que se encargan de ubicar el sentido que tienen y que al entenderlas, son compañeras de la estima.
La valoración de los eventos cotidianos es trascendente para situarse en el presente. Es el ser que se involucra con lo que vive; que se interpela, que se cuestiona, que comprende sus sentimientos y que hace lo que considera oportuno y adecuado.
Conmueve aprender a vivir. En el equilibrio del movimiento y la quietud se construye la vida. El proceso vivencial suscita incertidumbres e impulsa a descubrirse a uno mismo y a convivir junto a otros. En el respeto de las perspectivas se consolida la presencia de la alteridad, permitiendo compartir ideas, discernir criterios y, por sobre todo, generar vínculos armónicos.
La dimensión de la inmensidad no se mide, se siente. Y su impactante cobijamiento se encuentra en el reino de los afectos, en donde las sorpresas son inevitables, las intensidades inolvidables y las emociones indescriptibles. Es sorprendente vivir.