“Las mentiras tienen las patas cortas; pero, los charlatanes, las piernas muy largas”. La frase pertenece a la antropóloga argentina Irina Podgorny, quien publicó un libro titulado “Charlatanes”, en el que muestra el nacimiento y la evolución de los curanderos y vendedores de remedios que recorrieron Europa y América confundiéndose con científicos y descubriendo nuevos modos de engañar a la gente.

Su frase viene como anillo al dedo a lo ocurrido en los últimos días cuando a través de las redes sociales y en diferentes medios de comunicación que se hicieron eco, comenzó a circular una información totalmente tergiversada sobre la supuesta intención que tenía el gobierno de Mario Abdo Benítez de emitir bonos para endeudar nuevamente a Itaipú y de esta manera obtener recursos para hacer frente a los gastos de la pandemia, así como la recuperación económica del país en los próximos años.

En honor a la verdad, dicha posibilidad no es nueva, ya que el primero que había hablado de esto –incluso mucho antes de la pandemia– había sido el político Conrado Pappalardo, quien en distintas entrevistas había deslizado esta propuesta como alternativa dentro de las próximas negociaciones para la revisión del Anexo C del Tratado en 2023.

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Posteriormente, el ex ministro Manuel Ferreira también se había explayado sobre el tema argumentando que la factibilidad de que a través de Itaipú se realice la emisión de deuda a un cierto plazo y que sea vendida en los mercados internacionales.

Pero fue el ministro de Hacienda, Benigno López, quien cometió el “sincericidio” y de manera imprudente quizás admitió que realizó consultas informales con su par brasileño, sobre el tema Itaipú. Sin embargo, esta indiscreción fue suficiente para referentes de la oposición como Efraín Alegre y el parlamentario del Mercosur, Ricardo Canese, del Frente Guasu, entre otros, salgan a denunciar una nueva “traición a la patria”, generando innecesariamente un ambiente de inestabilidad, precisamente en un momento candente en el que el Gobierno se ve nuevamente golpeado por los escándalos de corrupción que afectan su imagen y desgastan el crédito que se había obtenido en el inicio de esta lucha contra el coronavirus.

Las informaciones difundidas eran tan confusas y mal intencionadas que hasta llegaron a decir que el Senado debía tratar ya el proyecto la semana pasada, cuando en realidad, solo debía ser tratado y discutido en una comisión especial conformada por legisladores y parlasurianos, cuya decisión ni siquiera es vinculante y lo único que pueden emitir es un pronunciamiento que solo tiene un valor testimonial.

No existe nada más ruin, mezquino y despreciable que intentar obtener réditos políticos de una situación tan sensible para el país que, definitivamente, no puede ser tratada ni planteada de manera informal y a la ligera como se está hablando. Pero, por suerte, la gente no es tonta y se da cuenta cuando se la quiere manipular.

Así quedó demostrado en las dos convocatorias que hicieron los referentes mencionados anteriormente y cito aquí textualmente lo que decía la crónica de ayer, en uno de los medios impresos: “(...) unos 20 seguidores del titular del PLRA, Efraín Alegre, se manifestaron anoche frente a la sede de la Ande. Fue para repudiar el plan del ‘gobierno mafioso’ de aumentar la deuda pública en pandemia mediante créditos a costa de Itaipú. Hubo una caravana vehicular”, (Abc, 30/05/2020, Política, pág. 5).

La casi nula presencia de seguidores de estos referentes de la oposición nos da la pauta de que la gente ya no come vidrio; pero, esto también debería servir de lección para el Gobierno y sus autoridades de cómo fácilmente un tema puede salirse de las manos si no se lo encara con la debida seriedad e importancia que se merecen.

En este caso, deberían ya saber que todo lo que afecte a los intereses nacionales tanto en Itaipú como en Yacyretá, tienen que ser tratados con la debida responsabilidad, atendiendo a que se trata de los recursos más valiosos que tiene el país y que deberían ser utilizados en favor del desarrollo y el bienestar de toda la población. Puedo estar equivocado, pero es lo que pienso.

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