No hay mejor motivación para nuestros subordinados que sepan que como directivos sabemos apreciar cuando están haciendo un esfuerzo por sacar en tiempo y forma todos los trabajos.

Si lo hecho por los miembros de nuestro equipo consideramos que valdría la pena que también estén enterados los que estén en la cúspide de la pirámide del organigrama de la compañía, pues aprovechemos para hacerles saber dado que constituye una buena forma que se den cuenta de que estamos haciendo un constante monitoreo de la evolución de sus actividades.

No hay necesidad que usemos métodos pomposos para alabar a nuestra gente. Lo mejor es hacerlo de manera sencilla. Por ejemplo, si han trabajado hasta tarde para poder cumplir con un pedido importante, pues no cuesta nada y beneficia mucho el decir gracias por haber trabajado hasta tarde, pues de otra forma no hubiera sido posible cumplir con dicho pedido.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

Una palabra mágica de apenas 2 sílabas y, sin embargo, no dimensionamos lo impactante que pueda ser entre los miembros de nuestro equipo.

Es mucho mejor hablar en primera persona utilizando el yo o bien el nosotros en vez de la gerencia, pues se entiende muy bien que somos parte de la corporación, y si le decimos al grupo: Quiero expresarles mi gratitud y agradecimiento por haber quedado horas extras para poder terminar el trabajo, pues de otra forma podría haber sido difícil.

Los que conocen Relaciones Humanas recomiendan que estos tipos de alabanzas a los miembros de nuestro equipo puedan ser hechos tan pronto como el trabajo esté concluido y no estar esperando una semana para poder decirles lo agradecido que estamos por el trabajo realizado.

Muchas veces no les damos importancia a ciertas actitudes que podamos mostrar hacia los mismos que tienen un impacto positivo en todos los miembros, pues independientemente de que tengamos asignado funciones y responsabilidades y estemos percibiendo por nuestro trabajo un salario mensual, nunca está por demás reconocer el esfuerzo de la gente, pues de otra forma nuestra empresa podría convertirse en una institución fría y calculadora, y hoy día nuestros jóvenes ya no tienen la misma forma de pensar de los baby boomers, en donde el verticalismo estructural en muchas empresas era lo usual además del trato autoritario y autocrático que muchas veces nos daban nuestros jefes, creyendo quizás que de esa forma iban a mantener la distancia y el respeto de sus subordinados.

Esperemos que eso no vuelva nunca más, pues hoy día con la gran competitividad que existe dentro de nuestro mercado de por sí estrecho, y donde cada uno debe esmerarse al máximo para no perder a su clientela, constituyen el objeto y fin primario del éxito o fracaso de nuestra gestión económico-financiera como empresa.

Nos toca un momento difícil con esta crisis sanitaria, donde muchas empresas se han visto obligadas a “bajar sus persianas” y otras, con mayor resiliencia, han podido permanecer de pie hasta ahora a pesar de que sus niveles de facturaciones han disminuido sensiblemente, poniendo en movimiento toda su capacidad de reinvención, innovación y creatividad de su plana directriz y equipo de trabajo.

A nivel país tenemos a muchas empresas que ante esta crisis económica por la que estamos pasando, y que dicen sería una de las peores en los últimos 100 años, les ha hecho “tocar fondo” económica y financieramente.

Varias de ellas han disminuido incluso en un 50% el salario de sus funcionarios y los han aceptado de buena manera, pues conocen del clima laboral imperante y de la seriedad de los directivos y saben bien que una vez que todo esto vuelva a la normalidad volverán a recuperar sus salarios habituales.

Esto es lo que llamamos resiliencia, y de paso ser fieles a su organización dado que saben bien que todo se ha dado por factores totalmente incontrolables y seria mucho peor quedar en casa sin trabajo y sin percibir un solo guaraní cada mes.

Dejanos tu comentario