La recaudación total de impuestos del Gobierno habría caído en abril según los primeros cálculos en -231 millones de dólares con respecto a igual mes del año pasado ¡-231! En las dos fuentes de recaudación: interna o local, vía la Subsecretaría de Estado de Tributación (SET) -156 millones de dólares; y externa vía las aduanas por las importaciones -75 millones. Total: ¡-231 millones de dólares! La caída fue de -83 millones de dólares en relación al monto conseguido en marzo pasado ¡- 83! Si tomamos en cuenta que ya en marzo del 2020 la recaudación global bajó -33 millones de dólares de cara a marzo del 2019 tendríamos un bajón global en 40 días de -264 millones de dólares por “culpa” del coronavirus. En la lucha contra este mal perdimos desde uno de los puntos de vista económicos -264 millones de dólares ¡-264!

¿Lo saben los supuestos políticos nuestros –más bien solo partidarios– disfrazados de parlamentarios que abrazan con amor la suba de impuestos en este escenario de muerte en el que todos ellos están perfectamente protegidos, incluyendo a sus familiares, amigos, socios y amantes? ¿Saben que la pérdida en la recaudación de impuestos no es porque “la gente no paga sus impuestos”, sino porque se derrumbó la demanda en una economía frenada, entiéndase hay menos clientes, ergo la gente compra menos, en consecuencia las empresas ganan menos, se achican muchas y más “desaparecen” temporalmente o para siempre, se cortan salarios arriba del “legal” y por debajo del “legal”, y los trabajadores quedan desempleados, subempleados y casi subterráneos? ¿Saben que en abril teniendo solo 181 millones de dólares en recaudación de impuestos contra 411 millones de dólares en el mismo mes del 2019 no nos quedó otra que endeudarnos para pagar un aproximado de 240 millones de dólares los sueldos de los empleados del Gobierno, incluyendo los de ellos, “honorables congresistas”? ¿En la mente, mejor en la demencia de quién se puede esperar que a la luz de estos resultados en 40 días la genial, fantástica y resucitadora suba de impuestos mejorará la recaudación de impuestos, mejorará la caída económica, mejorará la demanda o capacidad de compra de la gente, mejorará las oportunidades para las empresas para vender más, ganar más, no reducir salarios legales y no legales, no despedir trabajadores?

Hay que estar totalmente locos, siendo generosos, para soñar que la tierra es plana. Porque solo en la realidad de la tierra plana con sus escenarios del revés un “político animal” puede imaginar semejante mundo maravilloso. Pero, nuestros representantes no están locos. Ganan demasiado bien, disfrutan de privilegios envidiables y tienen el futuro asegurado; es decir, son “muy vivos”. En realidad, antes que locos, son idiotas, de calidad admirable, que se hereda y se transmite generacionalmente. Y esta verdad mía tiene mucho que ver con “los paraguayos todavía son gente puramente idiota, sin ninguna ilustración”, como lo decía nuestro dictador Francia –del que no soy amigo por cierto– que “los tachaba de ineptos, simples, ignorantes o idiotas porque no entendían su reforma política”. Se enfurecía con él “a lo Paraguay”. En los cuadros que acompañan este escrito mío pueden apreciar cuán tremenda es la estabilidad de nuestro guaraní con relación al dólar en términos de su precio en el escenario regional, con el dólar más barato, pero por lejos desde el 2017, comportamiento que se mantiene pese a la feroz crisis. Reitero, pocos le dan valor a lo que sí tiene mucho valor. Porque nos hemos disciplinados desde el 2003 cuando Nicanor Duarte Frutos era “gente”, hasta “humano”, incluso “decente”. Ahora es lo más parecido a Calé.

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¿Necesitamos una reforma del Estado y dentro de ella una del sistema de impuestos? Sí. Pero no en este escenario ¿cementerio? No. Más muerte económica no. Escucho el aplauso con alegría del coronavirus: “Suban los impuestos, asesinen a la economía y haré mejor mi trabajo de sacarle salud y vida a la gente. Gracias parlamentarios míos”. Locos, idiotas, o hijos del virus. Cualesquiera fuera su condición: no lo hagan por favor. Queremos vivir como ustedes. Perdón: Igual nunca, solo vivir, con ustedes. Duele decirlo, pero hay que decirlo. DDPHQD

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