• Por Emma Paoli
  • Dra. en ciencias de la educación

En el artículo anterior mencionábamos que nuestro país requiere cambios sin precedentes en el mejoramiento de la calidad de la educación, lo que nos lleva a reflexionar acerca del modelo educativo basado en un diseño curricular por competencias y capacidades para la adquisición de nuevos conocimientos.

También mencionamos que la definición de conocimiento es bastante amplia. Tylak define que “el conocimiento es un concepto amplio, cuyo enlace y fronteras son difíciles de definir”, y Sther dice que “el conocimiento es la capacidad de actuar”. Según David y Foray, “el conocimiento dota a sus poseedores de la capacidad de acción manual e intelectual”, y según Fritz Machlup, “el conocimiento es cualquier actividad humana eficazmente diseñada para crear, alterar o confirmar en la mente humana una percepción significativa, comprensible o consciente”.

El momento que estamos viviendo nos lleva inevitablemente a replantear nuestro modelo educativo, posibilitando un cambio estructural y funcional en la capacidad de adquirir conocimientos más allá de las restricciones impuestas por sistemas evaluativos tradicionales a través de test o exámenes, desarrollando nuevos sistemas constructivistas que potencien el aprendizaje y la adquisición de conocimientos mediante el uso de las TICs (tecnologías de la información y de la comunicación), utilizadas en sistemas educativos a distancia de los países más desarrollados en todo el mundo.

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Transformar el modelo educativo requiere cambios profundos, pasando de un modelo tradicional de desarrollo de contenidos a una educación centrada en el desarrollo de capacidades, destrezas y aptitudes, en donde el aprendizaje sustituye a la clásica enseñanza, el estudiante es el centro del proceso educativo y en el que el docente desempeña el rol de mediador o tutor, permitiendo al estudiante insertarse en la sociedad como una persona valiosa, responsable, creativa, proactiva y dinámica.

Todo esto nos lleva a reconsiderar el concepto de escuela, instalando una nueva definición con dos elementos importantes: la presencia y la distancia, o mejor dicho la “presencia distanciada” desde aulas presenciales, virtuales o combinadas, innovando en el modelo educativo y así desvencijar antiguos conceptos de enseñanza sin aprendizaje.

Es necesario instalar este tipo de debates en nuestra sociedad a fin de promover una reforma de pensamiento, tomando conciencia del valor del conocimiento que transforma la acción en un verdadero cambio, adaptando el uso de las tecnologías como herramientas centrales en educación y, por supuesto, en todas las áreas, y así en toda la sociedad, las comunidades, la familia, sin exclusión, aprendiendo una nueva forma de vivir, cuidándonos entre todos de la propagación del COVID-19.

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