• Por Guillermo Sosa
  • Ex ministro de Trabajo

Habrá un antes y un después de la pandemia. Una vez que se calme la emergencia mundial, con la economía en recesión y mercado laboral despedazado, la exigencia será trabajar en la recuperación de la economía y la generación de reinserción laboral. La incertidumbre sobre los efectos económicos es altísima.

Tal como ocurrió en el pasado, en coyunturas similares a la actual, como la peste negra, la gripe española o la revolución industrial, se producirá un cambio en la matriz económica, así como en la relación de empleadores y trabajadores. Después de la cuarentena será imperativo reinventarse, el mundo entero cambiará y lo hará dramáticamente, sobre todo en el estilo de vida, la forma de comprar, la manera de relacionarnos, y la concienciación de lo que supone la globalización.

La mala noticia: el virus dejará destrozadas las comunidades a nivel mundial, se llevará millones de empleos y negocios, habrá acabado con profesiones y oficios, sectores como la hotelería, el turismo o la organización de ferias y eventos; pero, también la buena noticia es que al mismo tiempo hará emerger otras actividades, como la industria nacional de tapabocas, batas sanitarias y respiradores, entre otras.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

Es muy difícil hoy describir el escenario futuro de empleos; no obstante, podemos predecir, sin mucha equivocación, que existe y será fortalecido un mundo basado en el internet. El teletrabajo, del que se hablaba como un elemento cada vez más importante en el mundo laboral, pero del que muchos dudaban, se ha impuesto en la mayoría de las empresas, y el comercio electrónico ha crecido en las últimas semanas. Incluso en la educación, donde tímidamente promovimos el e-learnnig que hoy se presenta como salvavidas.

El trabajo y el empleo ya estaban bajo efecto de la irrupción de la tecnología, y había comenzado a cambiar el paradigma de la matriz laboral. La pandemia ha acelerado este cambio ya en curso. Se imponen y se aceleran las ventas online. En mi barrio se ha creado un grupo de Whatsapp denominado “Mercadillo del barrio”, en él se ofrecen productos y servicios con delivery con un éxito fantástico. Nadie imaginaba lo que los vecinos, a los que casi no conocíamos mucho, hoy en día son capaces de ofrecer desde delicias culinarias, bebidas, quesos caseros, hasta peluquerías en las casas.

Las labores que están en relación con la tecnología y la conectividad serán predominantes al igual que el rubro de alimentos y el de salud. Hospitales, sanatorios, supermercados, farmacias y servicios de entrega tienen y tendrán una demanda creciente de mano de obra.

Saldrán reforzadas actividades profesionales del comercio electrónico, la realidad virtual, los controles, el diseño gráfico, la inteligencia artificial y la robótica, la telemedicina y todo lo relacionado a la higiene en su máxima expresión. Seguirá la demanda de ingenieros, robótica, ciberseguridad, programadores, expertos en marketing digital, como también de profesionales de todas las áreas relacionadas con la medicina.

Las fábricas de alimentos y productos de higiene personal continuarán contratando trabajadores, así como las farmacias y la industria de medicamentos.

Existe otro efecto importante, y es que si bien la irrupción de la tecnología y la conducta de los millenials han producido un fuertísimo cambio en el mundo laboral, sigue y quizás se acelere el proceso de cambio al nuevo paradigma e institucionalización de las relaciones empleador-trabajador, al que se suma el desafío de la seguridad social para todos.

Nuestro país tiene una gran oportunidad en la producción y comercialización de alimentos, y la estrategia de desarrollo introducida en los ’70, que insistía en el fomento de la agroindustria exportadora, es absolutamente necesaria para los tiempos que corren.

Muchas empresas deberán cambiar de rubros para sobrevivir, por ejemplo, las industria de confecciones de nuestro país deberán producir además tapabocas y batas sanitarias. Conozco una industria que estaba fabricando uniformes y guardapolvos escolares y por la emergencia pasó a fabricar tapabocas, usando como herramienta el trabajo a distancia, entregando los insumos a las costureras en su domicilio.

El sector de las confecciones está demostrando músculos y que está preparado no solo para atender la demanda local sino también para exportar a muchos mercados estos productos de gran demanda mundial. Debe ser fuertemente respaldado e incentivado por el Gobierno, vía políticas comerciales, logística de transporte, protección del mercado y, por sobre todo, poner fin a la tan perjudicial y desmotivadora burocracia estatal, no acorde a las necesidades de los tiempos actuales, en este caso representada por la Dirección Nacional de Vigilancia Sanitaria (Dinavisa).

La educación es otro sector ganador que tendrá que adaptarse al progreso de cada niño, ya que esta crisis está haciendo aflorar carencias que permanecían escondidas, por lo que se necesitarán expertos en otros formatos educativos, como los Cursos Online Abiertos y Masivos.

El aprendizaje y desarrollo profesional utilizará herramientas digitales, y las personas que tendrán problema de encontrar trabajo serán solo aquellas que han tenido dificultades para desarrollar habilidades de trabajo digital. La Universidad de Harvard suspendió las clases presenciales, pero no suspendió las online.

Se resalta también la importancia de las profesiones de seguridad, las Fuerzas Militares y la Policía. Se necesitarán expertos en big data, en el internet de las cosas (IoT), en las entregas a domicilio y en la trazabilidad de la cadena de alimentos.

No soy pesimista y creo en la recuperación de nuestro país pospandemia, pero será en un entorno mundial que obligará a todos a reinventarse.

Déjanos tus comentarios en Voiz