• Por Eduardo “Pipó” Dios

El Gobierno ha tenido un actuar mejor de lo que se esperaba, de acuerdo con los antecedentes lamentables de agosto del 2018 a marzo del 2020, ante la pandemia del coronavirus.

Se han tomado medidas acertadas para paliar temas sanitarios, económicos y de otros tipos.

Sin embargo, se ha descuidado totalmente la situación de gran parte de la población, la que no está en situación de pobreza o pobreza extrema. Se han tomado medidas como si estuviéramos en una inundación de las de siempre, kits de víveres, un poco de plata para algunos y hasta ahí. Faltaron los colchones y las chapas.

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No se está teniendo en cuenta aún de manera urgente y contundente a la gente que era cuentapropista en todos los niveles, los independientes, sea un vendedor de seguros, un ingeniero, un kioskero, un abogado, que indistintamente de las diferencias de ingresos entre uno y otro han quedado sin posibilidad de generarlos. Los asalariados de alguna manera están siendo o van a ser atendidos con créditos a sus patrones de modo que no los despidan, al menos por ahora; los funcionarios públicos siguen cobrando, trabajen o no, algunos con salarios de otro planeta, otros con salarios medios o mínimos, pero seguros al fin.

En breve, si no se universalizan las ayudas, ya sean monetarias o al menos víveres, este segmento no tendrá otra que salir a la calle a rebuscarse. Ya lo están haciendo los vendedores ambulantes, desafiando a la ley y a la muerte, con la excusa, bastante válida por cierto, de buscar el sustento.

El lema “primero la salud, luego la economía” queda muy humano y loable, pero no pasa de una simple y cruel utopía cuando el Estado no cumple su rol de garantizar el sustento de TODOS los ciudadanos, no solo los más pobres.

No habrá cuarentena, ni linces ni fiscales que atajen al ciudadano con hambre cuando salga a buscar, desesperado, el sustento para su familia. Y el virus estará ahí esperando para montarse en él y esparcirse hacia todos. No importa que estemos escondidos en nuestras casas, intramuros, pertrechados cual película apocalíptica de Hollywood.

Las medidas no pueden esperar. Ayuda universal para todos, créditos urgentes para el que lo pida, pueda pagarlo o no, no es momento de preocuparnos por esa cuestión económica. Quizás la mora del Banco de Fomento se vaya al cuerno, quizás tengamos que endeudar más aún al país, quizá sea hora de evaluar si las cargas impositivas son justas; de lo que SÍ es hora es de parar el asqueroso despilfarro del dinero público. De los sueldos vergonzosos injustificados en TODOS los casos, nada puede justificar un sueldo de más de 100 millones para un burócrata que administra una binacional o sus consejeros y segundos. No valen eso, jamás. Y solo ellos, con sus salarios y sus bolsillos ya repletos hace años, podrían dar de comer a miles.

Las medidas deben ser para todos, no pidamos más sacrificios al ciudadano común, el Estado por una vez debe hacer su trabajo bien y dejar de ser una enorme y pesada carga inútil y desfachatada.

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