Paraguay atraviesa un interesante momento para analizar lo importante que es la educación para un país como el nuestro. En varios espacios se debate la imperiosa necesidad de innovar la educación, que contempla varias aristas. No puede quedar de lado lo que es la investigación científica, especialmente desde la educación superior.

Decíamos en anteriores artículos que la investigación es la base para el desarrollo de la sociedad en los diferentes sectores: el de los servicios –salud, tecnología, entretenimiento, cultura, etc.–, el comercial, el industrial y el social. Debemos considerar que una de sus funciones es el descubrimiento de nuevos conocimientos científicos, que también permite replantear modelos aplicados, y sirve como herramienta para generar propuestas de prevención que resuelven problemas existentes en la sociedad. Así como es para estas áreas, desde luego, es sumamente importante para la educación.

Entonces, es importante tener en cuenta que un proceso de transformación en todos los ámbitos, como la educación, la investigación es sumamente relevante. Desde las universidades se deben promover programas que promocionen e incentiven investigaciones en el campo de la educación.

Hay que reiterar que la universidad se erige como el bastión de la investigación y de la aplicación de conocimientos. No es una tarea aislada. Es necesario que exista un esfuerzo mancomunado entre autoridades, docentes y estudiantes para desarrollarlas.

Lo ideal es que los docentes se involucren en proyectos como una forma de enriquecer y retroalimentar su docencia; para una mejor formación de nuevos profesionales y para que contribuyan con la generación de oportunidades.

Aquí debemos hacer un hincapié especial a un punto que ya dijimos y reiteramos ahora: Paraguay necesita un nuevo modelo educativo. Uno basado en los modelos de investigación, desarrollo e innovación (I + D + I) y que esté orientado a servir nuevos conocimientos en el campo de las ciencias, las artes, la cultura y la sociedad a nuestro país y Latinoamérica, para que seamos capaces de responder de manera competente a los cambios que se avecinan.

Hay que decir, es preciso, que las políticas de investigación deben facilitar la delimitación de nuevas propuestas de investigación que trasciendan, aportando conocimientos aplicables para la sociedad. Y precisamente el área de educación es un mundo a explotar, por la imperiosa necesidad de que todos aportemos conocimientos para que el modelo a ser aplicado en una nueva educación sea realmente el que necesita el país.

Finalmente, apuntemos que, la educación desde la universidad debe desarrollar y fortalecer la investigación. Este objetivo solo podrá lograrse a través de la producción intelectual en las carreras, –insistimos– con un trabajo que comprenda a docentes y estudiantes, comprometidos con solucionar los problemas que aquejan a la población.

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