• Por Felipe Goroso S.
  • Columnista
  • Twitter: @FelipeGoroso

Esta semana me ha tocado entrevistar al ministro de Salud; el diálogo giró en torno al tema del momento: la eventual llegada del coronavirus a Paraguay. Hay que decir que, en apariencia y basado en sus respuestas, tiene controlada la cuestión. Al menos por ahora. Sin embargo, creo oportuno plantear un par de desafíos en el corto plazo.

Tener que lidiar con una crisis suele no ser fácil para cualquier gobierno. Las mismas marcan (aunque se pretenda que no) la construcción discursiva de gobernantes, sobre todo en la imagen que se intenta instalar. Una crisis, bien administrada, definitivamente (y aunque parezca un cliché) es una oportunidad, de otra forma, terminará siendo un enorme teatro de operaciones en el que se acumulan errores. Uno tras otro.

Dicho esto, hay que decir que una cuestión positiva y que es uno de los elementos a tener en cuenta en una crisis, que el punto que habla de ofrecer información a los medios se viene desarrollando de manera regularmente bien. Podría decirse que la crisis del dengue fue una especie de postgrado en esa área. Sin embargo, le falta un punto clave que tiene que ver con que la comunicación sea administrada de manera coordinada e integral. Esto es, toda la administración debe involucrarse, jugar en equipo. Que se olviden de que algo de tales dimensiones como lo que podría darse con la llegada del coronavirus pueda ser circunscrito al ministerio del área. No existe eso.

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Otra cuestión que pudiera parecer cosmética es que las crisis deben forzar a extremar cuidados en lo que a la fotografía refiere. Últimamente, no tenemos demasiados elementos fácticos para cifrar esperanzas en este sentido. Hablamos del momento de seleccionar las imágenes que se lanzan desde las cuentas de integrantes del gabinete, de sus instituciones a cargo y del mismo Presidente. Sobre este último pesará y podrá hacer la diferencia el hacer carne sus ejes discursivos. En pocas palabras: la gestión, pero desde el componente emotivo.

Otro elemento debería de ser uno de los principales: la prudencia. Esto debería ser innegociable.

Finalmente; la política, esa mala palabra que empieza con p y termina con a, y aquellos que la ejercen se ven expuestos a la décima potencia al momento de una crisis. Por la tranquilidad de todos los paraguayos sería conveniente que se tomen nota de alguno de estos apuntes.

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