• Por el Abg. Óscar Tuma
  • Analista

Es como una broma de mal gusto escuchar al director de la Entidad Binacional Yacyretá, Nicanor Duarte Frutos, dando cátedras de moralidad y de buena gestión, cuando todos conocemos sus antecedentes de cuando fue presidente de la República y siendo director de la EBY, donde las denuncias de irregularidades se dieron prácticamente desde que asumió el cargo.

Es una lástima que los que no saben qué es amor por la patria y que por motivos económicos están dispuestos a entregar a su partido y a su país sin ningún remordimiento, aquellos que dan la impresión de sentirse orgullosos de sus fechorías y las publicitan, siguen ocupando altos cargos públicos por la extraña tolerancia que tenemos los paraguayos con los delincuentes.

El nombramiento de Nicanor Duarte Frutos como director de la EBY es una afrenta para los paraguayos y una victoria para los antipatriotas como Lugo, que llegó al poder por la desastrosa gestión del “Mariscal de la Derrota” (Nicanor), causante y responsable de la salida del poder del partido más poderoso de la República el Paraguay, el Partido Colorado.

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Desde que Nicanor Duarte Frutos ingresó a la política y más cuando asumió como presidente, acicateado por hacerse del dinero del pueblo, ha tenido una actitud delictual permanente y usó el poder para delinquir, impidiendo a nuestro país alcanzar mayores grados de desarrollo, dilapidando el patrimonio económico y social del Paraguay y poniendo trabas al desarrollo de nuestro país, olvidando que llegó a “gobernar” gracias el Partido Colorado.

Avalan mis afirmaciones, el desvergonzado accionar y los reiterados dislates como paraguayo, como presidente y ahora como director de la EBY y como muestra, menciono algunas perlas:

* Se declaró inmortal;

* Se burló de la ciudadanía con la complicidad del Ministerio Público, que lo “investigó” o, mejor dicho, lo blanqueó;

* Violó el Código Electoral, cuando dos semanas antes de las internas de la ANR, en la cuenta bancaria que habilitó, con su jefe de campaña registró un depósito de 80.000 dólares americanos en efectivo y tres (3) días antes, más de 9.000.000.000 de guaraníes, y se negó a dar los nombres de los “financistas”;

* Violó el presupuesto y el control público, diciendo que “seguirá ejecutando los gastos sociales” y bajo esa modalidad “distribuyó” más de 14.000.000 de dólares americanos;

* Ordenó pagos irregulares, cuando pagó más de 480.000.000 de guaraníes en 7 meses a La Aldea SA por la prestación de servicios audiovisuales, sociedad que nunca fue proveedora de servicios al Estado, y le adjudicó a Derlis Isidro Segovia Olmedo el servicio de “pago tercerizado de personal” (que declaró que ni trabajo tiene y que no tenía ni idea de esa contratación);

* Ordenó la compra de motocicletas por más de 1.500.000 dólares americanos vía contratación directa;

* NUNCA explicó y NUNCA podrá explicar cómo con un salario promedio, que no excedía los 30 millones de guaraníes mensuales, en menos de 15 años “amasó” una fortuna calculada en varios millones de dólares;

Todo el “accionar” del “Mariscal de la Derrota” marcha en contra de la razón, de la lógica y del sentido común, y en sentido contrario al discurso del presidente de la República, Mario Abdo, quien al designarlo hizo que el pueblo y sus autoridades, en vez de ejercer su derecho de pedir explicaciones o alzar la voz cuando se dañan los sagrados intereses del país, tengamos que seguir soportando, viendo y algunos aplaudiendo cuando Nicanor –Nicadrón para un senador de la República– se burla de los paraguayos, publicitando su “accionar”, que sin duda marcha en detrimento de los intereses de la nación.

ES HORA de revisar el accionar de este comediante, que rinda cuenta a la ciudadanía y se haga cargo de sus acciones en contra de los intereses de la nación. ES HORA que Nicanor asuma el costo de su traición a la patria y nunca más ocupe cargo de relevancia pública. ES HORA que aquellos que en vez de servir a su patria, se sirven de ella, reciban el castigo que corresponde y, por último, ES HORA que los que no saben qué es amor por la patria y que por dinero –como Judas– están dispuestos a entregar a su país y a su partido, dejen de ocupar cargos públicos porque NO SON PARAGUAYOS.

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