Los niveles de endeudamiento provienen de varios escenarios.

Uno de ellos podrían ser los hábitos familiares que “se nos han impregnado”. Muchas veces nuestros progenitores han crecido económicamente, tomando deuda para comprar lo que precisaban para la cobertura de sus necesidades personales, y los hijos también asumen inconscientemente de que sería quizás la mejor forma de crecer y que les vaya bien en su vida, de tal forma a que se ponen a imitar dicho comportamiento cada vez que precisan comprar algo.

A veces se entra en “un círculo vicioso” en el que permanentemente estamos pensando en endeudarnos y no en ver alguna otra alternativa que nos puedan generar caminos más viables y con mejores retornos autofinanciándonos con recursos genuinos de ser posible.

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Muchas veces también los hacemos por presión social, porque vemos que nuestros amigos poseen un nivel de gastos más elevado y para “no quedarnos atrás” tenemos la falsa creencia de que también necesitamos endeudarnos y que a posteriori los pagaríamos a nuestros acreedores.

¿Cuántas veces ocurre que nos endeudamos sin ninguna necesidad, simplemente porque vemos que amigos o vecinos tienen tal o cual bien y también nosotros los hacemos en forma totalmente compulsiva sin que en contrapartida exista ningún tipo de decisión racional de por medio?

También se dan las falsas premisas de que alquilar una vivienda o departamento es “tirar nuestro dinero”, y nos hacen creer que muy bien podríamos destinar dicho monto a la compra de la casa propia a través de un préstamo hipotecario de largo plazo.

La verdad es que, salvo excepciones, por supuesto, terminan de alguna manera alquilando un ingreso para pagar por su propio techo, dada la relación de dependencia en que muchos trabajamos.

Si los ingresos que percibimos muestran la consistencia necesaria y nos damos cuenta de que estamos haciendo una buena inversión con la compra de la casa que nos podrían generar a futuro ingresos pasivos, si se justificaría adquirir el inmueble que uno desea, con lo cual tendría sentido el desbaratar las premisas mencionadas precedentemente.

También se dan casos en donde decimos entre sí, el endeudarme hace que me sienta obligado a esforzarme cada vez más para poder pagar las cuotas. Ideas que en realidad no tienen mucho sentido, pues la presión incorrecta generalmente no es buen aliado para el ser humano cuando proviene de factores exógenos.

También se dan casos en que debido a nuestra limitada cultura financiera, cuando recurrimos a un banco o financiera, y nos dicen que la tasa nominal activa del préstamo es baja nos autoengañamos, pues lo que se debería siempre evaluar no es ello, sino el costo financiero total del crédito que estamos precisando.

Etiquetas: #endeudarnos

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