En la semana que comienza –el jueves– el presidente argentino, Alberto Fernández, viajará a Israel. Participará allí de una evocación por el 75° aniversario de la liberación, por un batallón del Ejército Rojo, en Polonia, del campo de concentración nazi de Auschwitz, en 1945. La II Guerra Mundial finalizaba. El horror del Holocausto se incorporó a la historia vergonzante de la humanidad. Esa jornada se denomina Día de la Shoa o Día del Recuerdo del Holocausto que sucede cada 27 de Nisán, en el calendario hebreo. El Yom HaShoah, como se menciona esa efemérides en el idioma oficial de Israel, fue establecido en 1959, por iniciativa del premier David Ben Gurión. En la capital israelí, el mandatario argentino coincidirá con un nutrido grupo de líderes entre los que se destacan Vladimir Putin, de Rusia; y, Emmanuel Macrón, de Francia. Si bien no se ha precisado hasta el momento, todo indica que –al menos unos minutos– Fernández dialogará informalmente con el anfitrión, el primer ministro Benjamín Netanyahu, con quien –según Santiago Cafiero, jefe de Gabinete de Ministros local– “no está prevista” una reunión bilateral.

La casi totalidad de los analistas locales, al evaluar la participación de Alberto F. en aquella ceremonia, coinciden en destacar –como eventual problema– que el viaje se producirá cinco días después de que se cumpla el quinto aniversario de la muerte aún no esclarecida del fiscal Alberto Nisman, que investigaba el ataque terrorista contra el edificio de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), que costó la vida de 86 personas y causó poco más de 500 heridos. Esos expertos, además, señalan que aún se investiga judicialmente aquí un acuerdo de entendimiento con la República Islámica de Irán –país al que se responsabiliza del luctuoso suceso contra la AMIA– que impulsó el gobierno de la presidenta Cristina Fernández el 27 de enero del 2013. Otros observadores, por su parte, aseguran que el viaje oficial tiene por objeto mejorar las relaciones con los Estados Unidos a través de Netanyahu, principal aliado del presidente norteamericano Donald Trump en Oriente cercano. Especulaciones. El contexto de las actividades oficiales del jefe de Estado argentino en Tel Aviv, no da para que se aborden seriamente esas cuestiones. Si se quiere, podría categorizarse el viaje como un movimiento táctico cargado de simbolismo para sugerir algún grado de coincidencia con la Casa Blanca.

Sin embargo, en el plano de lo concreto, dos sucesos históricos envuelven la primera actividad oficial en el exterior de Alberto Fernández. Será el segundo presidente de este país que visitará oficialmente Israel. El primero, fue Carlos Saúl Menem el 8 de octubre de 1991. El segundo suceso destacable es que, como lo indica la ley, antes de partir, Alberto F. deberá delegar el mando, la Presidencia, en la vicepresidenta Cristina Fernández. Será la segunda oportunidad que en la Argentina una mujer que ejerce la Vicepresidencia reemplace al presidente. La primera se registra el 6 de junio de 1974 –46 años atrás– cuando en el tercero de sus mandatos, el general Juan Domingo Perón, para viajar a Paraguay acompañado de los ministros Alberto Juan Vignes, de Relaciones Exteriores; José Ber Gelbard, de Economía; y, José López Rega, de Bienestar Social, junto con los comandantes generales del Ejército, Leandro Anaya, de la Armada, Emilio Massera y, de la Fuerza Aérea, Héctor Fautario, delegó el mando en su esposa y vicepresidenta, “Isabelita” María Estela Martínez Cartas.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

Aunque con sordinas, no son pocas las especulaciones que circulan aquí sobre el regreso de Cristina F. a la Casa Rosada. Muchas de ellas son definitivamente descabelladas. Otras, simplemente, tienen el tono de los interrogantes. En ninguno de los dos casos las respuestas pueden ser concluyentes. Falta información para hacerlo. Habrá que esperar.

Dejanos tu comentario