Hemos leído que la idea del eterno retorno en su interpretación se refiere a un concepto circular de la historia o los acontecimientos. La historia no sería lineal, sino cíclica. Una vez cumplido un ciclo de hechos, estos vuelven a ocurrir con otras circunstancias, pero siendo, básicamente, semejantes. Sin embargo, Paraguay trasgrede esta línea de tiempo y los ciclos se vuelven cada vez más cortos. Dicen que en el pensamiento oriental, el eterno retorno llevará a la perfección del universo, pues en cada reinicio se pulirá cada hecho, hasta ser perfecto.

En nuestro país este ciclo se reduce a 365 días y antes que pulir cada hecho lo estamos destrozando. En las charlas informales con los compañeros de las redacciones de prensa en varias ocasiones hemos verificado esto y lo asumimos con gracia.

Cada año se repiten los acontecimientos, los hechos y las noticias básicamente giran sobre lo mismo sin muchas variaciones. Cambian quizás los actores, pero el libreto es el mismo. Están los acontecimientos que por su magnitud se destacan y las cosas suceden en positivo, como por ejemplo, en diciembre y la festividad de la Virgen de Caacupé. Hecho religioso y popular que transcurre siempre con lo mismo, pero con un valor ponderado por la cantidad de paraguayos que renuevan su fe.

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Pero, están los hechos en negativo que nunca hacemos algo para cambiarlo. El Ministerio del Ambiente da a conocer la lista de los balnearios habilitados para el chapuzón de verano. La historia se repite: los mismos arroyos y balnearios contaminados de siempre.

La Patrulla Caminera con sus campañas y advertencias a los conductores que manejan alcoholizados. La historia se repite: Centenares de infractores multados y remitidos a la Fiscalía.

San Bernardino se alista para recibir a sus huéspedes de temporada que han invertido millones en fastuosas mansiones. La historia se repite: el lago Ypacaraí está negro, agonizando y pronto será una cloaca a cielo abierto.

Las lluvias de enero son constantes, los hospitales públicos y privados abarrotados por enfermos con dengue. La historia se repite: La gente es puerca no limpia los criaderos de mosquitos.

Las clases arrancan en un mes, las escuelas y colegios deben estar en condiciones para que los estudiantes retornen a las aulas. La historia se repite: Intendentes y gobernadores no rindieron fondos del Fonacide que se debieron utilizar para el efecto.

En este mismo rubro, los referentes de los sindicatos docentes ya comienzan a calentar motores y apenas termina la historia de los intendentes corruptos que nunca pasa nada con ellos. La historia se repite: Docentes amenazan huelga en el inicio de clases pidiendo aumento salarial.

Seguimos con los kits escolares que seguramente no llegarán a tiempo por causa de alguna empresa proveedora que incumplió algún contrato con el MEC.

Y como casi ocurre cada año, estamos en un año electoral. Lloverán las ofertas electorales con candidatos diciéndonos que Asunción podría ser la capital del mundo. La historia se repetirá: Votamos al menos peor y seguimos teniendo la misma Asunción de siempre.

Y así correrán los meses con las rencillas, pactos y conspiraciones políticas para renovar la mesa directiva del Congreso en donde un tema clave como es el manejo del presupuesto seguiremos escuchando lindos discursos sobre la necesidad de mejorar la calidad del gasto, pero ese debate se dará recién en octubre a las apuradas antes de hacerlo a tiempo y corregirlo en serio.

Y quizás el Presidente cada vez que anuncie o inaugure alguna obra seguirá refregándonos la frase “desastre ko Marito” como si fuese que debemos aplaudir cuando un gobierno desarrolla obras de infraestructura y como leí por allí, sería como aplaudir al cajero automático cuando te da dinero. En definitiva, necesitamos un sacudón o Paraguay seguirá siendo el cementerio de las teorías. Puedo estar equivocado, pero es lo que pienso.

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