Tomando en cuenta tanto las exporta­ciones de mercade­rías o bienes totales como las registradas, en el 2019 las ventas al exterior de nuestra producción nacional y reex­portación (a países vecinos) cayeron entre -9,8% y -15,4% en términos de valores, que suman 1.344 y 1.390 millo­nes de dólares menos con respecto al 2018. Dando un global para más contunden­cia y claridad no recibimos unos 1.400 millones de dólares, que no ingresaron al país, que no se inyectaron dentro de la economía; con esta fundamental aclara­ción que para muchos suena a bobada: “ese” dinero o “gran” parte del mismo tendría que haber girado o circulado el año pasado varias veces en el interior de lo más pro­fundo y extenso de la econo­mía paraguaya, moviéndola como siempre cual encade­namiento positivo y favora­ble para una “enorme” can­tidad de gente, de manera directa e indirecta. Lo que podríamos forzar en llamar y destacar “un extraordina­rio efecto multiplicador”.

¿El gran culpable de perder 1.400 millones de dóla­res? ¡El campo! ¡El mal­dito campo! Beneficia a tan pocos, que cuando cae “solita” nuestra economía toda casi cae en recesión (menor y peor vida eco­nómica de la gente toda) o estancamiento (no tan mal que lo anterior pero en terapia intensiva), según la misma proyección que realiza el Banco Central del Paraguay (BCP) de un “crecimiento” en el 2019 al ritmo del 0,2% (3,4% en el 2018, 5% en el 2017 y 4,3% en el 2016). Solo el sector de soja en grano, harina y aceite (maldito complejo sojero) tuvo una dismi­nución en sus exportacio­nes de -26,7% o 964 millo­nes de dólares menos en relación al 2018. La soja en grano sola cayó -28,5% o 629 millones de dóla­res menos, con mermas de -18,7% en volumen y de -44 dólares por tonelada exportada. Ojo: 964 millo­nes de dólares menos no conseguidos por el com­plejo sojero equivalen al 69%/72% de los totales de dólares no ingresados por nuestras ventas al exterior. ¡Dos tercios! A la ganadería en términos de sus expor­taciones de carne vacuna tampoco le fue bien con pérdidas generalizadas. Para el campo y para noso­tros la tragedia pudo ser aún mayor de no ser por el muy buen comportamiento del rubro de los cereales (+35% o +184 millones de dólares), lo que hace que al final puntualmente tomando al campo como global el mismo ingresó entre 867 y 841 millones de dólares menos el año pasado siempre en rela­ción a los mismos núme­ros consolidados del 2018 (-16,3% y -14,2% respecti­vamente). Es decir, montos equivalentes al 62%/64% del menor ingreso de las exportaciones totales y registradas. Fuera del campo ayudaron las ven­tas de maquila (584 millo­nes de dólares o +7%) y el negocio de reexportación (3.584 millones de dólares o +10,2% con la aclaración de que hubo mejor decla­ración de los valores por el trabajo de Aduanas que más movimiento comer­cial en sí).

Con –y aún– los muy nega­tivos resultados de las exportaciones en el 2019, el campo tuvo un peso en las ventas del 58% al 66% de las exportaciones totales registradas según dos metodologías de cál­culo, y del 36% al 41% de las exportaciones tota­les (que incluyen reex­portaciones). Estamos hablando de un aporte de 4.458 a 5.085 millones de dólares, dentro de las exportaciones totales de 12.386 millones de dóla­res y 7.652 millones de dólares en las llamadas ventas registradas, res­pectivamente. El campo, aún muy mal herido, siem­pre produce. Aun per­diendo, suma. ¡Maldito campo, nos dejó sin casi 900 millones de dólares y en terapia intensiva, por qué si no tenemos nada ver con el campo, somos citadinos! ¡Que se jodan ellos, pero no nosotros! Duele decirlo, pero hay que decirlo. DDPHQD

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