El municipio es como una familia en la que se intentan satisfacer los fines comunes. Es lo que no entendió ni va a entender el intendente Mario Ferreiro, quien hasta la fecha piensa –sí, piensa– que está en una “fiesta” con sus amigos y que pueden hacer uso “irregular” de las arcas municipales.
Un intendente incompetente solo puede traer perjuicios para la comunidad y la muestra de ello es Mario Ferreiro, el intendente de Asunción, quien no entendió ni va a entender que el cargo no le da impunidad para hacer lo que quiere, ignorando que la ley está por sobre todas las cosas.
La gestión de nuestro intendente es “desastrosa” e “indefendible”, y ni qué decir la de “sus colaboradores” ineficientes y sin la capacidad para administrar nuestra comunidad a pesar de los millonarios ingresos que reciben, que bien administrados resultan harto suficiente para llevar adelante una buena gestión.
Mario Ferreiro, quien se encuentra en su último año de gestión y cerca de tener que rendir cuentas, no generó ni las más mínimas respuestas a las necesidades y exigencias de la familia asuncena, lo que es una pena porque luego de la funesta gestión del intendente anterior, los asuncenos pensaron que él iba a ser diferente y resultó peor, teniendo como consecuencia una “grave” situación económica del municipio y la desatención absoluta de las necesidades de los asuncenos. Una prueba es el aumento salarial de 6,7% para los funcionarios y un endeudamiento de 115.000 millones para el pago de salarios y aguinaldo, deuda que vamos a tener que pagar nosotros.
Pero, para nuestra desdicha, a la incapacidad de Mario Ferreiro se suman la corrupción e irregularidades en su administración. V.gr.: los 15 proyectos para construir edificios en zonas residenciales; las “casillas” en el paseo central de la Avenida Quinta; la iluminación de la calle 25 de Mayo; la denuncia por exacción radicada en la Unidad Barrial 2; la licitación del Sistema de Gestión Tributaria, de la que resultó ganador el consorcio TX, por mencionar algunas “perlas” que obviamente acarrean un perjuicio patrimonial al municipio como lo dictaminó la Contraloría General de la República (CGR).
Y cómo olvidar la bicisenda de la calle Iturbe que, además de ser una obra inservible, le infringió incalculables pérdidas a más de 600 comercios, igual o mayor número de frentistas, más de 2.000 personas afectadas de forma indirecta, caos vehicular, calles poceadas, veredas rotas, basura acumulada y la pérdida de más de 440 lugares para estacionar con tal de sacar adelante el “negocio”.
Ahora, después de ver el accionar del intendente, tenemos que preguntarnos ¿de quién es la culpa, del chancho o del que le da de comer ? Porque a pesar de la notoria incompetencia e ineptitud para el cargo y las “obras multimillonarias” que realmente costaron muchísimo menos, NADIE hizo nada, en especial el Ministerio Público, y ni qué hablar de nosotros los ciudadanos, lo cual nos convierte a todos en cómplices del vaciamiento de las arcas de la ciudad.
Meses atrás, un diario catalogó al intendente como un gran “fiasco” y “farsante” que engañó miserablemente a los asuncenos, y hoy creo que la mayoría de los asuncenos piensa lo mismo y para que la “historia” no se repita, la familia asuncena tiene que elegir a una persona con firmeza que sepa que el municipio tiene que responder a los que pagan sus impuestos y tasas, y no a los intereses del que piensa que es una “fiesta” y permite la invasión de plazas, cuidacoches, limpiavidrios, acróbatas en las esquinas y otros que atentan contra los derechos de los ciudadanos, pero que en algún momento le van a reportar votos a los secuaces del “partido político” que solo existe para las votaciones.
El Municipio de Asunción debe satisfacer los fines comunes y no a los “amigos” que aumentan calamitosamente los costos de las “obras” que no sirven para nada, realizadas exclusivamente para apoderarse del dinero de los asuncenos con el agravamiento de la situación económica de la MADRE DE CIUDADES y la desdicha