- Por Jorge Torres Romero
- Periodista
Medio Jardín Botánico por día están liquidando en la Reserva Natural Campos Morombi y no vi un solo encadenado a esos árboles. Tampoco observé a ningún corajudo caballero trepando a uno de ellos para impedir que sean derribados. ¿Dónde están?
El alarmante dato proporcionado por Diego Torales, presidente de la Comisión de Defensa de la Asociación Rural del Paraguay (ARP), merece una reacción urgente. El gremio ve con suma preocupación la masiva depredación de las zonas boscosas, la inacción de las autoridades fiscales y la falta de acompañamiento de los conocidos ambientalistas.
Están derribando bosques enteros en Campos Morombi, ubicados entre los departamentos de Canindeyú, Alto Paraná y Caaguazú. Por un lado, los marihuaneros que abren paso para sus cultivos. Por el otro, los traficantes de rollos que ya construyeron ocho puentes clandestinos sobre el arroyo Aguaray mi, para transportar lo generado.
Marihuaneros y traficantes de rollos disfrazados de campesinos sin tierra se han apoderado del lugar y prácticamente es una zona liberada. En una última fugaz intervención fiscal-policial los delincuentes se blindaron con el discurso de que son humildes campesinos peleando por un pedazo de tierra y lograron hasta captar el acompañamiento favorable de sectores políticos de izquierda que reivindican la lucha por la tierra.
En el nombre de la pobreza están matando la reserva, pero ganando mucho dinero a cambio. Datos estimados proporcionados por la fiscala ambiental de la zona, revelan que, por semana, trafican rollos por valor de G. 100 millones y que van a parar a los aserrados locales ante la mirada cómplice de las autoridades locales.
Quizás porque el lugar está distante de la capital y no hay mucha prensa alrededor no vemos a los “ambientales” elevando su voz de protesta. O lo que es peor, como se trata de “humildes campesinos”, no hay drama que destruyan bosques, siempre y cuando no sean algunos capitalistas pretendiendo construir viaductos.
Torales nos dijo la semana pasada en radio UNO que hay un falso discurso de las organizaciones ambientalistas, dejando de lado a la WWF que sí los está apoyando. Los demás se van a armar escándalos al costado de una autopista, pero no van a los lugares donde los recursos en realidad están en peligro. “Hasta Calle Última llegan, pero no se van a Curuguaty a salvar la naturaleza”, afirmó.
Es urgente llevar adelante procesos de desalojo en la zona y destruir esos puentes clandestinos para así intentar proteger lo poco que queda de esas reservas boscosas. La excusa de la fiscala ambiental Martha Leiva es que esas personas son violentas.
La agente fiscal para hacer su trabajo necesita un gran despliegue. Relató que cada vez que pretenden ingresar a la zona son recibidos por varias personas que no se identifican, usan nombres ficticios y otros desde algunos puntos ubicados como francotiradores.
En la medida que la comitiva fiscal avanza destruyen los puentes para que no tengan acceso. Como mínimo necesitarían mil efectivos policiales para realizar los procedimientos y nuevamente existe el temor de una matanza. La situación de Campos Morombi es gravísima y necesita un involucramiento de varios sectores, pero principalmente de esos que todos los días se presentan como los defensores del ambiente. Menos careteada para captar fondos internacionales y más acción es lo que falta. Puedo estar equivocado, pero es lo que pienso.