- Por Juan Carlos Zárate Lázaro
- MBA
- jzaratelazaro@gmail.com
Un buen análisis crediticio, no dejando flancos abiertos, constituye una base fundamental para la toma de decisiones de negocios del oficial de créditos.
Si el analista de riesgos como parte de su trabajo visualiza “luces amarillas” dentro de la estructura económica-financiera-patrimonial de la compañía debe mencionarlo por escrito de tal forma a que quede evidencia de sus comentarios.
Un punto importante que resaltar es que el oficial de negocios dado que tiene objetivos cuali/cuantitativos por parte de la gerencia de llegar al cierre del ejercicio a un monto determinado de colocación de préstamos y otros productos crediticios/no crediticios tiene como objetivo primario la función de ventas y muchas veces deja pasar los comentarios realizados por el analista de riesgos o no analiza/evalúa en mayor profundidad el contenido/implicancia de los mismos.
El buen analista de créditos deberá tener la autonomía necesaria para hacer sus comentarios y resaltar cuando del trabajo de análisis se deduce que la empresa muestra signos de debilidad dentro del corto y/o mediano plazo, que pudiera poner en peligro la recuperación de nuestros créditos.
Generalmente cada banco o financiera posee sus procesos de créditos corporativos establecidos. Una regla de oro en créditos es no violar nunca este proceso.
Si cumplimos con lo que el mismo lo establece y mañana por a o b motivos tenemos inconvenientes en la recuperación de un crédito concedido con anterioridad, los auditores lo primero que los van a analizar/evaluar es si el proceso de créditos se ha cumplido correctamente.
En caso positivo tanto el analista como el oficial de negocios y los que firman la aprobación del crédito tendrán mitigantes en la defensa de la facilidad crediticia deteriorada dado que el no pago a tiempo y otra circunstancia que pudo haber acontecido con la empresa se pudo haber originado como consecuencia de coyunturas desfavorables a nivel macro y/o microeconómicas y/o otras causas que se puedan suscitar, principalmente en nuestro mercado donde la retracción económica en casi todos los segmentos de negocios siempre se hallan expuestas al impacto de factores endógenos y/o exógenos y donde cualquier impacto adverso dentro de países de la región “nos golpean” económica y financieramente, pues el hecho de que nuestros principales indicadores macroeconómicos continúen razonablemente bien salvo PIB, no significan precisamente de que los mismos automáticamente tengan que permear en forma positiva en los diversos sectores que conforman nuestra microeconomía.
Toda actividad comercial tiene asociado el factor riesgo pero en el sistema financiero dicho factor constituye la esencia misma de la actividad.
Los bancos y financieras venden servicios y casi todos ellos, directa o indirectamente, implican asumir riesgos de crédito. Una primera aproximación al tema de mantener una adecuada política de créditos es determinar cuáles son los productos que involucran riesgo crediticio, la naturaleza del mismo y la forma de controlarlo durante todo su período de vigencia y hasta su vencimiento que nos permitan poder cobrar en tiempo y forma tanto el capital como los intereses devengados.
La atracción de operaciones altamente rentables en apariencia es a veces irresistible y sus consecuencias fatales. Al buscar el balance, la calidad del crédito y su liquidez debe tener siempre precedencia sobre la oportunidad comercial. Existe un axioma en créditos que reza: “No existe tasa de interés lo suficientemente alta para compensar un préstamo que no se cobra”.
Naturalmente que si lo llevamos hasta un extremo muy confortable para el banco o la financiera no lo desembolsamos y dormiremos tranquilos; la ausencia de ganancias no tardará en provocar la pérdida de nuestro trabajo.
El desafío es entonces tomar riesgos hasta el punto óptimo, maximizando las utilidades sin exponernos a riesgos excesivos o más allá de los niveles superior a los normales.
No hay fórmulas “mágicas” para ello, ni tampoco recetas escritas, las decisiones serán siempre subjetivas y nunca tendremos la certeza que la decisión tomada será un 100% correcta.