• POR BENJAMIN LIVIERES
  • Director Periodístico Grupo Multimedia

Mientras los países de Sudamérica, casi en su totalidad, se encuentran en estado de ebullición y los modelos económicos y políticos están siendo cuestionados en las calles (o en las urnas), en el nuestro, donde los indicadores muestran datos aún más desalentadores, la dirigencia política, estimulada por algunos medios de prensa, prefieren hacer caso omiso a la realidad y abocarse a un debate que, por lo visto, consideran de vital importancia: el “desbloqueo de listas”.

Tanta chatura política, por un lado, e irresponsabilidad por el otro, resultan verdaderamente preocupantes. En términos prácticos, esta (in)conducta representa un portazo a vastos segmentos de la población que padece tantos problemas y cuyas condiciones de vida no paran de deteriorarse. Pero ellos, nuestros dirigentes, no se dan por enterados o no les interesa o no tienen la menor idea de qué hacer para solucionarlos.

Según sectores de la oposición, como Patria Querida, la suspensión de la licitación para el alquiler de “urnas electrónicas”, dispuesta por la Dirección de Contrataciones, sería una maniobra para “sepultar el desbloqueo” y resucitar las “listas sábana”. Para el PDP, la responsabilidad del empantanamiento del proceso licitatorio es del Tribunal Superior de Justicia Electoral. Mientras, referentes del oficialismo, agradecidos por desviar el foco de los temas que son realmente de interés, reflotan la validez del uso de papeletas; un mecanismo que fue dejado en desuso por la ley electoral vigente.

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¿De verdad este es el debate que nos proponen? ¿Es tanta la falta de respeto que sienten hacia sus mandantes?

Paraguay se halla en medio de una crisis económica sin precedentes en los últimos 15 años, que agrava la crisis social que arrastramos desde hace décadas. Si tenemos suerte, el año va a cerrar con un “crecimiento económico” que supere algunos décimos el 0%. Cayeron las importaciones, al igual que el consumo, que si no está por el suelo es, paradójicamente, por el ingreso masivo de productos de contrabando. Y a menor importación y menor venta, menor recaudación tributaria, lo cual se expresa en un Presupuesto General de la Nación “austero”, que significa un mayor ajuste de cinturones para “los comunes”, históricamente afectados por deficientes servicios de salud y educación públicas, entre otros.

Cómo revertir la crisis, cómo recuperar y potenciar el consumo, cómo disminuir la pobreza y las desigualdades y otros muchos “cómo” sin respuestas, tendría que ser el centro de atención de oficialistas y opositores.

Pero no lo es. Destinan su tiempo y sus pocas ideas a polemizar sobre nimiedades, ahora el “desbloqueo”, y ni siquiera se preocuparon en garantizar la transparencia de la licitación del TSJE y de la tecnología a ser empleada en las elecciones.

Un sano consejo, que seguramente ignoren. Deberían orientar su atención hacia los problemas que padece nuestro pueblo y, aunque sea de reojo, mirar lo que está pasando en Chile, Bolivia, Perú, Ecuador y Argentina, para no ir más lejos.

De lo contrario, sentirán los efectos de sus ondas expansivas. Es solo cuestión de tiempo.

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