• Por Óscar Tuma.
  • Abogado.

Las promesas que se hicieron al pueblo, adornadas de hermosas palabras, en algunos casos no pasan de ser cuentos, y por citar algunas, tenemos: la pifiada del ministro de Educación y Ciencias (MEC), Eduardo Petta, quien dio a conocer por Twitter el resultado de encuestas sobre la credibilidad de la prensa y la confiabilidad en el ministerio que preside, que ubicó como la tercera institución más confiable al MEC, lo que rápidamente fue desmentido por el jefe de la Dirección General de Estadística, Encuestas y Censos, Iván Ojeda, convirtiendo la noticia en una ficción que conlleva más decepción y el aumento de la falta de confianza en las gestiones del secretario de Estado; el dislate del ministro de Obras Públicas, Arnoldo Wienz, que declaró “día histórico” al 27 de setiembre del 2019, afirmando que el progreso llegó al Paraguay con la inauguración de 12 kilómetros de asfalto; que el Presidente calificó de “hecho histórico” la declaración del ministro de Hacienda, Benigno López, que se goza de “una gran ineficiencia” (el pueblo sufre) en materia de gasto público, motivo por el cual ya están pensando en volver a cubrir los gastos con más impuestos para los que trabajan.

Algunos ministros del Poder Ejecutivo de nuestro Paraguay se hacen la propaganda por las redes sociales para ganar partidarios, en vez de justificar su sueldo trabajando y documentando lo hecho, no en lo virtual, porque las palabras deben ir acompañadas de acciones que demuestren que es verdad lo que decimos, que creemos lo que afirmamos, porque de lo contrario es mejor permanecer callados que crear expectativas que el pueblo después va a exigir que se cumplan.

El ministro de Educación sabe que las encuestas no son confiables y que las propaladas por las redes sociales son generalmente manipuladas con perfiles falsos contratados para el efecto y no sirven para medir la gestión pública; que la mejor medición de la gestión de los mandatarios es la percepción de la calle; que en éste caso no aprueba su gestión por las necesidades del alumnado y profesores, las bajas ejecuciones por desconocimiento en la materia, la mala inversión del dinero público y otras, apreciación que no va a cambiar con encuestas por Twitter.

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Los ministros deben dejar de lado la propaganda y autobombo por las redes y trabajar, si es que saben lo que tienen que hacer, porque algunas (autoridades) en realidad no pasan de ser farsantes y simuladores que desconocen hasta las cosas fundamentales y careciendo hasta del más mínimo don para ocupar un cargo en el gobierno de la República del Paraguay, con una gestión donde solo puede encontrarse plagada de equívocos que van a hacer que tengamos que arrepentirnos por haber permitido tal descamino en vez de exigir congruencia en la administración de nuestro país.

El ministro Benigno López hace saber que gozamos de ineficiencia, a los que ven azorados a dónde va su dinero y saben que cuál va a ser el resultado de la gestión de los “buenos para nada”, lo cual no es una advertencia profética porque de la suma de errores “jamás” se puede lograr un resultado cierto.

Invito a los señores ministros a reflexionar sobre el tema.

Lastimosamente son muy pocos los que tienen la iniciativa y se atreven en hacerle saber al Presidente qué piensan sobre su gestión y la de sus “colaboradores”, y el Presidente, al parecer, no atina a identificar a los estafadores políticos habituados al arte de las palabras huecas, falsas y llenas de quimera, lo cual es muy dañino porque una persona puede fallar una, dos o tres veces, pero cuando las decepciones se convierten en rutina, es necesario reaccionar y exigir congruencia porque de lo contrario, como solución a los dislates, aparecen los Chávez, Maduro, Correa y otras desgracias, como la elección de Lugo, gracias al “brillante” bueno para nada de Nicanor.

Llega fin de año, las cosas no están bien, muchísimos paraguayos no podrán llevar el pan dulce a su mesa, y por eso es necesario que los falsos patriotas, gobernantes fraudulentos, llenos de engaño y desvergüenza que llevan a su mesa la plata del pueblo sepan que lo que está aconteciendo incita la bronca oculta que termina por levantar a una nación por el accionar de los que hoy, al parecer, piensan en seguir haciéndose la propaganda por Twitter, castigando a los que trabajan y sostienen el país, quienes en un momento dado pueden aplicar lo que dice la Biblia, que todo árbol que no lleva buen fruto, se corte y se eche al fuego.

Entonces, es hora de que los ministros tengan que trabajar y olvidarse de la propaganda por Twitter o por donde fuera, para evitar que el pueblo siga escandalizado por los fabricantes de las falsas palabras, de los que siguen en sus cargos.

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