Los desestabilizadores que están en busca de un muerto para tumbar a este gobierno, como afirma Mario Abdo, no necesitarían grandes elucubraciones o conspiraciones para lograr su objetivo. El propio gobierno les sirve en bandeja todos los días.
Este año complicado en lo económico y las reacciones tardías del Gobierno para tomar medidas enervan a la ciudadanía y genera un ambiente pesimista. No hace falta un muerto para tumbar este gobierno. No se podría tumbar algo que no está construido. Lo que menos tenemos hoy es gobernanza, sino todo lo contrario. Los paraguayos no queremos tumbar, queremos construir.
Por eso los reclamos se hacen sentir cada vez más fuertes, para construir. Los integrantes de la Federación Nacional Campesina que mañana van a movilizarse no quieren tumbar al gobierno, quieren manifestar una necesidad que desde el gobierno se puede responder. El punto uno del reclamo es legítimo y puntual. Existen hoy 1.200 asentamientos con miles de familias campesinas ávidas de políticas públicas. Algunos de estos asentamientos tienen más de 30 años, precisan los títulos.
Muchas de ellas son tierras del Indert. Hoy no ven que desde esa institución se gestione para responder a esta necesidad, sino todo lo contrario, ven escándalos de coimas, beneficios y arreglos para los que más tienen y pueden pagar la coima. No se van a quedar con los brazos cruzados y seguir esperando.
Lo mismo pasa con los productores frutihortícolas. Se usa un ministerio clave, como el de Agricultura para pagar favores políticos, mientras los productores a quienes se les incentivó al cultivo de tomate, ven pudrirse sus productos por la falta de mercados a raíz de la avalancha del contrabando. Tampoco van a quedarse quietos y seguir “trabajando en sus chacras” como dice el Presidente, van a salir a protestar, obviamente. Estos no son desestabilizadores. Son paraguayos que quieren estabilidad para seguir trabajando, como todos.
El sector educativo, hoy organizado en el Frente Nacional en Defensa de la Educación, está movilizado. Tampoco son desestabilizadores. Los estudiantes piden mejor presupuesto para el sector, potenciar la merienda escolar y hasta lo más básico, contar con docentes en aulas. Hoy, a un mes de que culmine el año lectivo, 47 instituciones siguen con la falta de maestros, sin hablar de la precariedad en infraestructura. En forma unánime repudian la gestión del ministro Eduardo Petta.
Las denuncias periodísticas, casi en coincidencia hoy, de los principales diarios del país sobre la desastrosa gestión de Patricia Samudio al frente de Petropar, no forman parte de sectores que pretenden desestabilizar al gobierno. Son hechos concretos que evidencian los manejos desprolijos y poco claros. La reacción de mandatario al respecto, en son de burla, fue reducir a una competencia entre Samudio y Friedmann de quien lleva la delantera en ser portada de diarios.
En realidad, el único que hoy está desestabilizando el Gobierno es Mario Abdo Benítez. Nuestro país no necesita llegar al estallido social tipo Chile. Tenemos miles de casos y ejemplos que los paraguayos antes que destruir queremos construir. La fórmula la sabemos todos. Hombres capaces y honestos, que si los hay, en cargos claves escuchando la voz del pueblo.
Pero si para Mario Abdo los reclamos sociales son signos de desestabilización ahí en serio vamos mal. Ese discurso despierta a los fantasmas de los regímenes autoritarios, del cual nuestro presidente es hijo privilegiado. Puedo estar equivocado, pero es lo que pienso.