El presidente del Congreso, Blas Llano, declaró la semana pasada que el gobierno de Mario Abdo está parcelado, ya que llegó al poder con demasiadas facturas que pagar. Dijo que se han entregado ciertas instituciones a algunos caudillos y jefes partidarios, y que estos lo toman como un coto inexpugnable. Remató diciendo que “ni el Presidente se anima a tomar las medidas que debe tomar”.
Llano describe con exactitud lo que está sucediendo. Le sumamos la ausencia de un liderazgo convincente y menos aún una hoja de ruta de qué es lo que se quiere hacer en función de poder. No existe otra explicación para la permanencia en el cargo de figuras cuestionadas e ineptas. Ejemplo, Patricia Samudio en Petropar, Carla Bacilagupo en Trabajo, Juan Ernesto Villamayor en Interior y Horacio Torres en Indert.
Sobre este último, la situación es más grave aún por la contundencia de los hechos y el esquema que se montó en la institución para la extorsión y el apriete. Un área tan sensible en la historia del Paraguay por la que se han desatado guerras, luchas y muertes de compatriotas peleando por el derecho a la tenencia de un pedazo de tierra.
Enrique Gómez de la Fuente, abogado de estancieros y ganaderos, llegó al cargo de director de la Región Occidental en el Indert, recomendado por un poderoso empresario, vinculado al negociado con las tierras, amigo de Rodolfo Friedmann. Desde el cargo tenía en su órbita el manejo de 3.200.000 hectáreas.
El ganadero Rolando Fernández, junto con otros inversionistas, había sido beneficiado en el 2015, luego de presentar un proyecto de explotación ganadera con 16 mil hectáreas en la colonia Ñane Mba’e, a 150 kilómetros de Mariscal Estigarribia, Chaco. A principios de este año quiso iniciar un proceso para el cambio de titulares de la tierra. Fernández relata en su denuncia ante la Fiscalía que Gómez de la Fuente llega hasta la propiedad en una camioneta del Indert, con otras personas, algunas de ellas armadas y sin rodeos le pide US$ 480 mil, de lo contrario su expediente sería desestimado.
El ganadero no aceptó el trato y al instante salió la desestimación firmada por Horacio Torres. En mayo de este año esas 16 mil hectáreas de Fernández ya fueron a parar a nombre de otras cuatro personas, divididas en 4 mil hectáreas cada uno. Casualmente, 12 mil hectáreas quedaron en manos de dos hermanas (23 y 26) de profesión estudiantes y para el padre de estas, de profesión jornalero, todos residentes en Villa Elisa. Las otras 4 mil hectáreas a nombre de otra persona, quien es amigo de un ganadero que posee 10 mil hectáreas colindantes a las 16 mil en cuestión y de quien Gómez de la Fuente fue abogado.
Fernández y su gente se resistieron a ser desalojados de sus tierras, ya que han hecho inversiones millonarias en el lugar. Como no abandonaron las tierras fueron víctimas de un equipo de “desalojadores” profesionales, quienes con 25 personas fuertemente armadas ingresaron a la estancia, maniataron a los empleados, los subieron a unas camionetas y le sacaron del lugar. Fernández denunció el hecho ante la Fiscalía por coacción, robo agravado y abigeato. El fiscal alegó que no investigó el caso porque la zona estaba muy alejada de su oficina.
Hoy, Gómez de la Fuente, junto con el ex gerente de Créditos, Carlos Soler, están imputados por cohecho pasivo (coima) en otro caso de un ganadero de nombre Albino Méndez. Aquí se pagó la coima. Primero hubo resistencia a abonar la coima y el presidente del Indert firma la desestimación de la propiedad. Luego, Méndez decide entregar los US$ 25 mil y mágicamente aparece la resolución de la nueva adjudicación que lleva la firma de Horacio Torres.
Es decir, que ahora el presidente del Indert alegue que no sabía lo que firmaba es tratarnos a todos los paraguayos de estúpidos. Si el Presidente no destituye a este alto funcionario, la teoría de Llano se confirma. Este gobierno está parcelado por caudillos por los favores que hicieron a Mario Abdo. Puedo estar equivocado, pero es lo que pienso.