- Por el Dr. Miguel Ángel Velázquez
- Dr Mime
Si bien esta columna semanal aborda temas relacionados a las neurociencias, en estas dos semanas me tomaré la libertad de hablar sobre un tema en el que vengo trabajando hace casi tres años, desde su inicio en cuanto a la implementación en el país, hasta la fecha donde cuento con el privilegio de poder haber atendido a casi dos mil quinientos pacientes con cannabis medicinal, todos ellos registrados, documentados y con seguimiento correspondiente.
Así que abordaré estos artículos en formato preguntas y respuestas, quedando abiertas mis redes sociales respecto a las dudas que puedan tener para ser respondidas –si no lo hago en esta entrega– en la próxima semana. Lo hago con el pleno convencimiento de que muchos podrán no estar de acuerdo con lo que expongo, pero lo hago basado en pruebas científicas y literatura médica que cada día es más creciente en este campo.
Espero poder con estas dos semanas de tratar en esta columna este tema, ayudar a destruir los mitos que existen respecto al cannabis de uso médico, haciendo la salvedad –como siempre– que no estoy de acuerdo ni voy a referirme a su consumo recreacional porque no es el objetivo del uso médico al correr por vías diferentes como verán.
Comencemos.
–¿Cómo empieza a hablarse de cannabis medicinal en Paraguay?
–La historia, si bien puede ser aburrida, debe hacer justicia a algo que hoy mismo tiene muchos padres, pero muy pocos merecidos. El gran mérito de que estemos ya en los albores del cultivo y producción de las cepas medicinales en Paraguay se lo debemos en primer lugar a los valientes padres y pacientes de Camedpar (Cannabis Medicinal Paraguay) y no a otros grupos. Ellos se acercaron para hacer las cosas por ley y por derecho, para usar las formas aceptadas y comprobadas de cannabis medicinal, y para facilitarles a ellos y a los que necesiten, los mecanismos para que el producto elaborado con todos los cánones de calidad y garantía farmacológica, pueda estar a disposición de quien lo precise.
En segundo lugar, al Ministro de Salud de entonces (2017) Dr. Antonio Barrios, y al entonces presidente de la República Don Horacio Cartes, quienes asumieron con valentía la responsabilidad de aceptar el reto. Luego, la importantísima labor de los congresistas con quienes pudimos trabajar para la elaboración del proyecto de ley que luego sería Ley de la Nación: el entonces diputado Éber Ovelar y el senador Fernando Silva Facetti, quienes nos convocaron y laboraron con seriedad y profesionalismo para hacer la ley que reglamentó el uso del cannabis con fines medicinales en Paraguay, sancionada por unanimidad en diciembre del 2017. Igualmente, el reconocimiento al Dr. César Arce, actual viceministro de la Senad, quien es la persona que más sabe de cannabis y nos ilumina constantemente con sus conocimientos.
–¿De qué hablamos cuando hablamos de cannabis medicinal?
–Hablamos de la planta cannabis en cualquiera de sus variedades, aunque nosotros usemos más la variedad sativa (existen también la indica y la ruderalis). Hablamos de cáñamo y de flor hembra. El cáñamo es la variedad de cannabis sativa con tallo alto, rica en cannabinoide CBD y con poco o despreciable cantidad de THC (ver más adelante), la misma fibra que extraída es la fibra vegetal más resistente, y que se usa para realizar elementos que soporten mucha tracción como las sogas marineras de los barcos o los cinturones de seguridad de los vehículos por ejemplo, así como compuestos alimentarios debido a su contenido nutricional. La flor del cannabis sativa usada en la extracción de la base medicinal es la flor hembra no polinizada, rica en THC y con concentraciones variadas de CBD y otros cannabinoides en concentraciones variables dependiendo del tipo de semilla de origen y de la respuesta a la tierra donde se la plante (por ejemplo, una semilla puede dar una concentración de cannabinoides en otro país y la misma semilla dar diferentes concentraciones en Paraguay).
–¿Qué es el sistema endocannabinoide?
–Es un sistema presente en todos los seres humanos, con receptores de dos tipos en diferentes órganos del cuerpo que a la sazón son los órganos blanco donde los cannabinoides ejercen su acción: corazón, sistema digestivo, hígado, sistema inmune, cerebro, por ejemplo. Lo tenemos todos los seres humanos, pero la concentración de receptores es diferente en todos nosotros, incluso en los gemelos idénticos, lo cual explica el hecho de que haya personas que respondan diferentes a otras con igual dosis de cannabis medicinal, e incluso, cuando lo consumen en forma recreativa.
–¿Qué componentes tiene la planta de cannabis?
–La planta tiene 514 componentes conocidos, de los cuales más de 60 son cannabinoides, más de 100 terpenos, más de 100 flavonoides, y otros compuestos. En medicina, nosotros conocemos y usamos más de tres cannabinoides a medida que se investigan y se van descubriendo propiedades de los otros componentes de la planta.
–¿Qué es el famoso CBD?
–El CBD o Cannabidiol es, como yo llamo, “el cannabinoide bueno”, porque todos lo quieren y no le temen. No tiene ningún efecto psicoactivo, es altamente neuroprotector, se encuentra en gran cantidad en el cáñamo y se administra en sus preparados con altos grados de pureza a personas de todas las edades. Es más, en Norteamérica se venden “ositos de goma” (golosinas) con CBD y alimentos enriquecidos con CBD. En nuestro país se vende con receta simple archivada. Su presencia es importante para pacientes con epilepsia refractaria, Alzheimer o enfermedades neurodegenerativas asociadas a la edad, Parkinson, trastornos del sueño, ansiedad.
–¿Qué es el famoso THC?
–Es el conocido como el “cannabinoide malo” que de malo no tiene nada, salvo a altas dosis donde tiene efectos psicotrópicos, o dicho de otra manera, es el responsable del “vuelo”, de la sensación de drogarse. Su presencia en concentraciones bajas es fundamental para patologías que involucran dolor, vómito, pérdida del apetito.
–¿Por qué es tan importante el ratio (porcentaje) de CBD/THC en un preparado medicinal?
–El CBD no es psicoactivo, el THC sí. No se puede pretender una presentación solamente de THC para uso médico. Y algo más que importante: la presencia de CBD disminuye la psicoactividad del THC, por lo que las presentaciones médicas deben tener alto CBD y bajo THC (generalmente se suele aceptar hasta 5 mg/ml en presentaciones definidas para dolor y vómitos relacionados a quimioterapia). La presencia de CBD en la marihuana recreativa no es rentable porque disminuirá su efecto recreativo.
–¿Hay otros cannabinoides que debo conocer?
–Sí. Debemos manejar algunos más de los casi 100 conocidos. Por ejemplo, el CBN o Cannabinol, cuya presencia es importantísima para que los demás cannabinoides puedan pasar la barrera anatómica que separa al cerebro de la circulación general, conocida como barrera hematoencefálica. Otro cannabinoide importante es el CBG o Cannabigerol, que puede transformarse en laboratorio en otros cannabinoides, según necesidad.
–¿Es cierto que la marihuana paraguaya es la mejor del mundo?
–No es cierto. La tierra paraguaya es la mejor del mundo para la marihuana: calidad de suelo, clima, humedad, son factores que hacen favorable la proliferación del cannabis en nuestro país, por lo que no podemos despreciar eso para convertirnos en país productor de cannabis medicinal.
–¿Por qué la marihuana incautada por la Senad no puede usarse para producir cannabis medicinal?
–Una de las falacias más grandes es decir que toda la marihuana incautada puede usarse para producir cannabis medicinal. Eso no es cierto, y no sucede porque la ley solamente lo prohíba (eso se puede cambiar), sino porque el porcentaje de CBD existente en la marihuana “nativa” de nuestro país es muy bajo comparado con el porcentaje de THC, por lo que su psicoactividad es muy elevada. Simple y sencillo: no sirve porque puede producir efectos alucinatorios en pacientes que no buscan eso, sino simplemente alivio a sus síntomas.
–¿Hay posibilidad de que me vuelva adicto o alucine con el consumo de cannabis medicinal?
–No existe ninguna posibilidad siempre que consumas el cannabis como un medicamento con indicaciones precisas en dosis y utilización del mismo por parte de un profesional médico entendido en la materia, y sobre todo, si el consumo es de preparados elaborados por laboratorios serios y avalados por las autoridades correspondientes, con conocimiento de dosis de sus componentes, con todos los certificados de calidad e higiene correspondientes.
Tema apasionante que nos tiene DE LA CABEZA. ¿Continuamos la semana que viene?