- Por Jorge Torres Romero
- Periodista
Una mujer de 70 años sentada en el suelo junto a un añoso árbol y unas cadenas alrededor de su cuerpo. ¿Por qué hace esto señora? “Queremos calidad de vida, no matemos a los árboles”, responde, mientras a su lado se ve a otros portando carteles con frases como “El consumo, te consume”, “No existe planeta B”, “Mil dólares no comprarán oxígeno”, “El Botánico no se toca”, y más.
Al ver y escuchar esto, hoy día, sería hasta un acto criminal no inmutarse ante tamaño reclamo. Pero la realidad es otra. El caso del proyecto Corredor vial Botánico es un claro ejemplo de cuando la ideología se empeña en vencer a la razón.
Los que se oponen a la obra se aferran a un discurso de moda y hasta oportunista, pues ante la evidencia expuesta de los beneficios del proyecto se rehusan a comprender. Así es imposible avanzar y de imponerse estas ideas estamos condenados al fracaso.
Alegan que quieren calidad de vida, y de eso se trata. El Corredor Vial Botánico pretende facilitar el tráfico de más de 40 mil vehículos y de 100.000 personas que diariamente transitan por la Avda. Primer Presidente, viniendo desde Luque, Limpio, Mariano Roque Alonso y desde los barrios periféricos de la capital.
Desde el Ministerio de Obras señalan que el proyecto incluye cuidados ambientales nunca antes aplicados a una obra vial, entre ellos el traslado de árboles con tecnología. También la arborización previa a las obras con 2.700 plantines, un diseño para integrar las estructuras al paisaje característico de esta zona.
Los nuevos viaductos conectarán la Costanera Norte con la avenida Primer Presidente, en su intersección con la avenida Ñu Guasu. En paralelo se realizará el ensanche de la avenida Primer Presidente con rotondas a la altura de las avenidas Sacramento, Artigas y la calle Fiebrig. La intervención urbana contempla otras obras complementarias que beneficiarán a los residentes de los barrios aledaños como la ciclovía Botánico, desagües cloacales, señalizaciones viales de larga duración, bicisendas, pavimentación de calles anexas, mejora del acceso al Jardín Botánico, entre otros.
Como compensación ambiental por la utilización de una hectárea y media de terreno, el Jardín Botánico y Zoológico de Asunción recibió a cambio 32 hectáreas colindantes que pertenecen al RC4, y que fueron cedidas por el Ministerio de Defensa a la Municipalidad de Asunción mediante un contrato de usufructo por los próximos 99 años.
Los 157 árboles que están asentados en la zona perimetral del Botánico serán trasladados dentro del predio, mediante una máquina extractora de árboles que con fuerza hidráulica incrusta cuatro palas mecánicas en el suelo y destroncan los mismos. El traslado se realizará en el mismo predio del Jardín Botánico con lo que se preservará la flora del principal pulmón de Asunción.
Hay un convenio firmado con la organización A Todo Pulmón que establece, además, el desarrollo de un nuevo vivero escuela en el predio del parque Ñu Guasu, de manera de ampliar su capacidad de producción anual de árboles y utilizar gran parte de esta producción de especies nativas para sembrarlas en el Jardín Botánico y en otras áreas del proyecto. Existen convenios de trabajo con las organizaciones Guyra Paraguay, WWF y SOS Paraguay que acompañarán todo el proceso.
En la zona de la escuela Solar de Artigas, se prevé realizar mejoras. En primer lugar, los alumnos disfrutarán de la ampliación de las aceras que, de 2,60 metros, pasarán a tener 10 metros.
Además del ensanchamiento de las veredas, que traerá consigo nuevos espacios verdes, habrá una dársena para el descenso de los estudiantes. Estos cambios impulsarán el aumento de la seguridad en el tránsito, ya que la circulación de vehículos pesados se canalizará sobre el viaducto y, por abajo, se tendrá el tráfico urbano. El Jardín Botánico cuenta con 245 hectáreas de las cuales serán utilizadas solo 1,68 Há (0,7%). En contrapartida, aumentará 13% su área con la concesión de 32 Há de reserva natural que fueron cedidas.
¿Alguien puede oponerse a esto? Claro que sí, como todas las obras públicas, como todos los proyectos tienen sus detractores, pero el bien general siempre debe primar sobre el particular. Confiamos en el acompañamiento de estas Ongs y toda esa fuerte oposición hoy la deberíamos volcar a que se cumpla a rajatabla lo diseñado. No pongamos más trabas. Puedo estar equivocado, pero es lo que pienso.