Por Patricia Nieto, socia del Club de Ejecutivos

He escuchado mucho en las últimas semanas acerca del estado de recesión económica en que estamos, de la alta delincuencia, de la corrupción imparable y un montón de cosas más que si solo nos enfocamos en ellas vamos a seguir agravando el hundimiento el país.

Las preguntas apremiantes son: ¿queremos crecer?, ¿queremos mejorar?, ¿nos gustaría que nuestra realidad social, empresarial, personal sea diferente?

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Si dudaste tu respuesta a estas preguntas, probablemente estás muy cómodo quejándote y asumiendo postura de víctima. Son otros lo que tienen que cambiar para que tu bienestar y tus resultados cambien. Si esa es tu postura, agarrá una silla cómoda y un gran termo de tereré y preparate a esperar un buen tiempo. Son demasiados factores externos que tendrán que cambiar para que te vaya mejor.

Si tu respuesta fue un enfático, ¡sí, quiero!, te propongo la solución: ¡ampliá tus horizontes! ¿Cómo vas a hacerlo? Te propongo algunas acciones:

Comenzá a escuchar más y a hablar menos: Es increíble lo que puede hacer la escucha en todos los niveles de tu vida. Si sos empresario, emprendedor o profesional independiente, te acerca al cliente, al mercado y a tus colaboradores. Si trabajás en relación de dependencia, te acerca a tu cliente, a tus compañeros y a tu jefe. En cualquier circunstancia, te acerca a tu familia y a todas las relaciones que verdaderamente te importan.

Dejá de preocuparte y comenzá a accionar: Que ejerzas el liderazgo a través de la acción en tu entorno familiar, personal y de trabajo para contagiar a otros y también para sentirte más seguro/a y tranquilo/a.

Suspendé la crítica a los demás e iniciá un proceso de autoanálisis: ¿Qué necesito mejorar yo para que todo mejores? ¿Cómo necesito comenzar a pensar? ¿Qué necesito hacer?

Contactate con experiencias y personas diferentes a vos: El que seamos diferentes y podamos comprendernos es totalmente enriquecedor, sobre todo cuando nos damos el espacio para escuchar y valorar la experiencia, conocimiento y situación del otro.

Buscá nuevas maneras de hacer las cosas: Muchas veces estamos atrapados en patrones de fracaso, acciones que se repiten una y otra vez y que nos llevan al mismo resultado indeseado. ¿Qué necesitás cambiar en este patrón?

Cambiá tu conversación negativa: “Estamos en crisis”, “hay que achicarse”, “no hay nada seguro”, ¿de qué te sirve responderte esto una y otra vez? Te invito a usar esta fórmula: “Cierto… (admití la situación hablando de hechos concretos) y yo puedo superar ampliamente esta situación”. Te doy un ejemplo: “Cierto, mis ventas de este mes están 30% abajo que el año anterior y yo puedo superar esta situación”.

Te soy sincera: ampliar horizontes es de valientes. Es mucho más fácil mantenernos en lo conocido, aunque no sea de nuestro agrado. Te arriesgás a críticas, a cometer errores, a pasar momentos de incertidumbre. ¿Sabés cuál es el riesgo mayor? Que realmente las cosas te salgan de maravilla y termines preguntándote, “¿por qué no lo hice antes?”. Solo ampliando horizontes y saliendo de tu zona de comodidad vas a poder “despegarte” de lo que muchos llaman crisis, a la que yo veo como una tremenda forma de crecer como individuos, organizaciones y sociedad.

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