Siempre resulta recomendable que hagamos una autorreflexión que nos permitan dar un giro positivo a nuestras vidas, pues muchas veces un consejo erróneo puede traernos más complicaciones en el manejo de nuestras finanzas personales.

Se dan situaciones en cualquier ser humano, que cuando se encuentra en una encrucijada no sabe cómo poder superarlo positivamente y recurre a consejos de personas de su entorno cercano.

Muchas veces los mismos podrían tener buenas intenciones de ayudar, pero lo que ocurre es que cada uno tenemos nuestras propias percepciones ante ciertas situaciones y que no hacen “click” con el que lo esperábamos terminando al final en que “el remedio resultó peor que la enfermedad”.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

Se dan dentro del terreno práctico situaciones en que disponemos de dinero que deseamos destinarlo al ahorro o a la inversión y ante la indecisión, muchas veces recurrimos a nuestros oficiales de cuentas en los bancos o muy bien también podría ser a una casa de bolsa que opera dentro de nuestro mercado de capitales, pero se dan casos en que “la receta” que nos dieron pudo haber sido conveniente para ellos y para los objetivos primarios de su organización, pero no lo que nosotros estábamos buscando lo cual no es para sorprendernos, pues cada uno trabaja en función a los planes estratégicos diseñados por su institución.

También hay ocasiones en que uno recibe ofertas de distintas etiologías, ya sea vía correo electrónico o a través de otro medio de mensaje, pero que a uno le produce temor y lo vuelve más complicado el escenario de toma de decisión acerca de en qué sitio resultaría más confiable y atrayente a la vez colocar mi dinero, que me permitan retornos positivos por encima de los índices de inflación.

A veces también recibimos “consejos” de personas que en apariencia parecerían que pueden conocer el manejo de las finanzas personales, pero que al final resultó ser “puro facha”, pues se dan situaciones vivenciales de personas que en su día a día no son lo suficientemente desordenados con el manejo de sus finanzas, muchos incluso viviendo endeudados. Es el famoso “la apariencia engaña”. O “haz lo que yo digo y no lo que yo hago”.

Hoy día tenemos a mano tanto dentro del sistema financiero como en el mercado de capitales varias opciones de inversión que podrían ser convenientes, en función a los niveles de tasas pasivas que pagan y podrían redituarnos mes a mes ingresos adicionales en concepto de intereses, a través de instrumentos financieros conocidos, donde siempre habrá riesgos implícitos de por medio, pues bien sabemos que “riesgo cero no existe”.

El ahorro, independientemente de los niveles de ingresos que podamos tener, siempre constituirá un hábito saludable como lo mencionamos más arriba y nos estaría generando ingresos pasivos, y que muchas veces por temor o falta de educación financiera decidamos mantenerlos “debajo del colchón” o “en el chanchito” sin reportarnos rendimiento alguno.

El buen hábito del ahorro sirve no solo para tener una reserva para épocas de crisis o de “vacas flacas”, sino también coadyuva a incrementar nuestros niveles de ingresos totales, independientemente del monto, pero siempre y cuando sea a través de entidades que nos ofrezcan en forma seria y organizada tasas de intereses positivas, pues si seguimos con la vieja costumbre de nuestros abuelos de dejarlo nomás dentro del placar de la casa, la inflación llegará un momento en que hará que dicho dinero pierda en forma progresiva su valor y por ende capacidad de compra.

Que lo digan los argentinos, quienes últimamente tienen un nivel de inflación promedio mensual no inferior al 3%.

A quién no le gustaría poder vivir la vida a plenitud y gastar dinero para saciar sus gustos personales. Si bien sería “el sueño del pibe”, en contrapartida no es menos importante “dejar picar la pelota” y evitar darnos ciertos “gustitos” hoy, que muy bien nos podrían permitir poder darnos satisfacciones mucho más importantes y reconfortantes en un futuro cercano.

En cuestiones de decisiones de ahorros e inversión, se nos presentan muchas opciones y un abanico cada vez más diversificado de posibilidades que nos permiten sentarnos en la tranquilidad de nuestro hogar y evaluarlos con total serenidad junto a “unas picaditas” y una cervecita bien fría.

Ojalá podamos encontrar como Robert Kiyosaki un “Padre rico” que nos pueda dar buenos consejos, que nos permitan tomar las decisiones correctas al momento de decidir un ahorro o inversión. No siempre los consejos son interesados o dados con mala intención.

Lo importante es tratar de tener “los pies sobre la tierra” y evaluarlo “fríamente”, pues se trata del buen manejo de nuestras finanzas personales, donde cada uno desea sacarle el mejor rendimiento posible a lo que con sacrificio pudo ir ahorrando a través de los años.

Dejanos tu comentario