• POR ÓSCAR TUMA
  • Político

Transcurrieron 482 años desde que se fundó Asunción de la mano de don Juan de Sala­zar y Espinosa, quien llegó acompañado de don Pedro de Mendoza y, de ser conocida como la “Madre de Ciuda­des” hoy la podemos denomi­nar la “Madre de los Baches y Basura”, y esto es así porque los intendentes y los conce­jales dejaron que Asunción se destruya en todo sentido.

De ser un jardín décadas atrás, los intendentes que pasaron por el cargo se encargaron de que la capital de la República del Paraguay se convierta en un basural, con baches en todas sus cua­dras, con sus espacios ver­des –plazas y paseos– total­mente invadidas, pasando de ser espacios de sano espar­cimiento a vertederos de basura de todo tipo.

Asunción hoy en día es más parecida a Hiroshima luego del bombardeo, con sus calles repletas de baches. Sus veredas totalmente destrui­das, constituyendo las mis­mas un peligro para los tran­seúntes que tienen que hacer malabarismo para transi­tar por las mismas. Y ni que hablar del caótico tránsito que muestra la incapacidad de las “autoridades” muni­cipales, que es más bien un gran negocio y un ingreso extra para los encargados del control; y, los “semáforos inteligentes” –donados– que nunca pudieron ser sincro­nizados por discapacidad de los técnicos o porque no eran inteligentes, sino obsoletos. Sobre ellos, alguien dijo, que “los donantes de los semáfo­ros eran inteligentes y como no tenían donde tirarlos, nos donaron”.

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Pero la responsabilidad por la situación en que se encuentra nuestra Asun­ción no es exclusiva de Mario Ferreiro, sino de los inten­dentes y concejales elec­tos a partir del despertar democrático, que en lugar de realizar un plan de tra­bajo a largo plazo en favor de la ciudad se encargaron de utilizar el municipio como un trampolín para seguir viviendo a costa del ciuda­dano o como un centro de clientelismo con fines pro­selitistas, y “olvidaron” que fueron electos para prestarle a la comunidad un servicio, fomentar su desarrollo cul­tural, social, proteger la salud y seguridad de las per­sonas, encargarse de la cons­trucción, mantenimiento y embellecimiento de calles, avenidas, parques, plazas y mantener limpia la ciudad.

Lastimosamente, los asun­cenos volvimos a equivo­carnos cuando le elegimos a Mario Ferreiro pensando que iba a solucionar, aunque sea algunos de los problemas que dejó el “Tractor Amari­llo” y nos equivocamos por­que desconocíamos su inca­pacidad, muy superior a la de Arnaldo Samaniego; y, a los “concejales”, salvo honro­sas excepciones, que mane­jan la Junta Municipal a su antojo, aprobando junto con el intendente “obras” inser­vibles para expoliar a los contribuyentes, v.gr: “Ive­sur”, “la pintura de los artis­tas sobre la calle Palma”, “el paseo de las luces”, “las casi­llas de la Avenida Quinta”, “la vereda y canteros de la calle 25 de Mayo”, y “la bicisenda de la calle Iturbe”, obras por la cual pagamos millones sin sentido alguno.

Los concejales siempre fue­ron cómplices de los inten­dentes y a estas alturas debe­mos preguntarnos ¿para qué diablos están ahí?; fueron y son una carga inútil para los contribuyentes, ya que solo están para cobrar sus sala­rios. Y de muestra vale un botón, les aseguro que de los 24 concejales no conocemos ni a la mitad, y esto prueba la inutilidad y la falta de idonei­dad de algunos de ellos para ocupar el cargo.

Los asuncenos no podemos ser tan inútiles y debemos hacer algo, no podemos per­mitir que sigan jugando con nuestra plata, que nos sigan robando día a día, estimo, que llegó la hora de volver a recor­darle al intendente y conceja­les que “estamos cansados de vivir entre baches y basura”, debemos exigir respuestas, y si no existen, debemos pedir que se vayan a sus casas, por­que si no lo hacemos vamos a seguir viviendo en el basural.

Pasaron 482 años desde que Juan de Salazar y Espinoza fundó a orillas del río Para­guay “La muy noble y leal Ciudad de Nuestra Señora Santa María de la Asun­ción”, sin imaginarse que 482 años después se con­vertiría en “La capital de los baches y la basura”. Pero, aún así, “feliz cum­pleaños mi Asunción del Paraguay”.

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