EL PODER DE LA CONCIENCIA
- Por Alex Noguera
- Periodista
- alexnoguera230@gmail.com
Una versión un tanto misógina (¿cuándo no?) del Génesis acerca de la “Expulsión del Paraíso” ha comenzado a circular desde hace un tiempo por las redes sociales. Ella cuenta que lo ocurrido no fue precisamente como está escrito en la Biblia, sino que fue algo así:
Cuando en su infinita bondad Dios hizo llamar a Eva para consultarle sobre algunos aspectos femeninos que serían trascendentales para la humanidad, ella no se dio por enterada porque estaba distraída hablando por celular.
Cuando el ángel mensajero acudió por segunda vez para entregar el recado, ella seguía enfrascada en la tarea de gastar la batería de su teléfono móvil y respondió “Ya voy”, pero como estaba concentrada en su charla olvidó su promesa.
Cuando en su infinita bondad Dios hizo llamar a Eva por tercera vez y esta seguía con su celular… “la infinita paciencia” se acabó. Entonces, el Supremo pidió el detalle de las llamadas de la mujer y en la lista figuraba el número del inocente Adán. En resumidas cuentas, ese fue el motivo por el cual fueron expulsados del Paraíso.
Aunque para la gran mayoría de los humanos esta historia representa una falacia –como si conociera la verdad–, están los otros que ponen en duda la versión clásica del origen del hombre. Incluso refuerzan esta incógnita luego de que por estos días los científicos quedaran “conmocionados” al hallar por primera vez en la historia microesferas de plástico en el Pasaje Noroeste del Ártico canadiense, así como en las profundidades oceánicas.
Lejos de optar por una hipótesis de una cada vez mayor contaminación global, cuestionan desde cuándo estarían aquellos restos de plástico en esas heladas y remotas latitudes. Lo bueno es que hasta ahora nadie se pregunta si no serían esos los restos del celular de Eva, fruto de la cólera divina, como un silencioso testigo del pasado… como los misteriosos “Ooparts” (objetos fuera de su tiempo).
Dejando de lado las teorías conspiraticias y las conjeturas fantásticas, lo concreto es el peligro muy real de las comunicaciones mal encaminadas, y peor, las tendenciosas y manipuladoras.
Esta semana, por ejemplo, los paraguayos fuimos testigos de un fenómeno que si no fuera tan serio, hasta daría risa. Por un lado, miles de ciudadanos se convocaron (autoconvocados o arreados) para dar su “apoyo” al presidente de la República ante la presión de un posible juicio político. Al ser consultados por la prensa sobre el motivo de su movilización, estos desinteresados patriotas no pudieron responder. Estaban ahí gritando y haciendo hurra sin poder explicar el porqué.
Al día siguiente, el bando contrario, es decir, los otros desinteresados patriotas que exigían el juicio político al ser indagados por los medios de comunicación, tampoco pudieron aclarar el motivo de sus gritos y protestas.
En ambos casos, miles de enardecidas personas salieron a las calles dispuestas a enfrentar lo que sea –fueran balines de goma, cascotazos o gases lacrimógenos– para expresar su apoyo o descontento, luego de recibir una llamada telefónica.
Para muchos, Satanás existe y se manifiesta de diferentes formas. Unos creen que fue él quien tentó a Eva con el fruto prohibido, para la nueva generación fue él que digitó el celular de Eva para que Dios se enfureciera.
En todo caso, aunque es fácil ceder ante la tentación del pecado y escuchar el susurro del “Maléfico” a través del celular, deberíamos tomar conciencia y evitar en lo posible ser manipulados por la comunicación irresponsable y tendenciosa.
Ya sabemos cómo terminaron Adán y Eva, con celular o sin él. Deberíamos recordar esa frase que reza: “Son siempre los ciudadanos los que pierden la vida en las guerras, nunca los políticos que las desatan”.