El presidente Mario Abdo redobló la apuesta y lanzó estas expresiones desafortunadas con las que terminó hiriendo a todos los paraguayos. Que tu propio presidente te trate de “pillo y peajero” ya es demasiado. Esperaría estas afirmaciones quizás de un técnico brasileño ofuscado al no obtener las ventajas para su país, pero que tu mandatario te refriegue en la cara, en un acto público y encima sabiendo sus orígenes, parecería un chiste de mal gusto.

Pero es lo que sucedió y el propio Mario Abdo, antes que bajar los decibeles y promover el ambiente para un debate más sereno, tiró más leña al fuego y contribuyó a que se cree este ambiente inestable con manifestaciones de todos los sectores.

Al oficialismo se le fue de las manos esta crisis generada a partir de la filtración del acta bilateral del 24 de mayo entre Paraguay y Brasil. Hasta ahora no saben cómo manejar la situación y se avizora una crisis mucho más profunda si no se actúa en consecuencia.

Los senadores añetete intentaron ensayar una defensa con base en dos ejes que poco favor hacen en desinflar el problema. El primero, que son contados los paraguayos que están en condiciones de hablar del asunto porque se trata de una cuestión eminentemente técnica; es decir, el resto no podríamos entender esta cuestión, despreciando nuestro sentido común. Lo segundo, que la oposición aprovecha la situación para conspirar en contra del Presidente, cuando fue él mismo quien lo mantuvo en secreto y no lo socializó.

En esta circunstancia no sirve aquello de que la mejor defensa es el ataque porque ya están perdiendo por goleada. Empezaron jugando este partido con un gol en contra desde vestuario al ocultar el documento suscrito y encima antes que mostrar predisposición para explicar el alcance del acuerdo, salen con los tapones de punta.

Dándoles el beneficio de la duda, convengamos que el acuerdo bilateral sea beneficioso para el Paraguay, ¿por qué Mario Abdo no lo mostró entonces en su informe de gestión del 1 de julio ante el Congreso? Esta interrogante lo planteó el senador liberal Eusebio Ramón Ayala y hasta ahora no se respondió el motivo.

El nuevo presidente de la Ande reconoce que la contratación de la energía garantizada conforme establece el acta generará un sobrecosto para la institución. Técnicos afirmaron que rondaría los US$ 300 millones. ¿De dónde saldrá este dinero, sin que implique un aumento en la tarifa del consumo de la gente? Este punto hasta ahora nadie aún pudo explicar.

El embajador Hugo Saguier Caballero reconoce que sacaron de la negociación a los técnicos de la Ande porque no se ponían de acuerdo con los técnicos de Eletrobrás. Partiendo de esta afirmación, se asume que tomaron intervención a nivel de Cancillería para “baipasear” a quienes defendían los intereses del Paraguay y satisfacer exclusivamente las pretensiones del Brasil.

Mario Abdo logró unir a toda la oposición y gran parte de la ciudadanía en su contra. Ahora debe actuar asumiendo el grave error cometido, más allá del alcance del acuerdo, lo imperdonable es haber actuado a espaldas de la opinión pública.

A la larga hasta podríamos reconocer que no se tuvo otra opción que firmar el acta bilateral del 24 de mayo para llegar mejor posicionados a la renegociación del tratado en el 2023, pero ya que quedó evidenciado el secretismo y desde el momento en que se concretó de esa forma, difícilmente se asuma que haya sido ventajoso para el Paraguay. Y encima, hasta ahora ninguno de los voceros oficialistas pudo demostrarnos lo contrario. Puedo estar equivocado, pero es lo que pienso.