• Por Dany Fleitas
  • daniel.fleitas@gruponacion.com.py

Señor, Presidente, Ud. está mal asesorado. Lo que dijo el martes 24 en la explanada del Palacio de López, ante algunos productores, referente a su percepción de la existencia de una manipulación de las noticias por parte de los medios, denota dos realidades que quizá no quiera ver, pero que es bueno que alguien se lo diga de frente: la información que digiere todos los días no está completa, y desde afuera se percibe que está sufriendo demasiado rápido el mal del barco, porque está comenzando a “marearse” y ver desdibujada una realidad que no es precisamente como consecuencia de las noticias, sino de la gestión del Gobierno en general (tres poderes del Estado).

Es más, coincido con Ud. en que existe una “desesperanza” en nuestro pueblo, pero debería evaluar más a fondo las razones de la misma antes que caer en la simpleza de culpar a otros, como tradicionalmente hacen las autoridades cuando no quieren ver la viga sobre sus espaldas.

No molesta tampoco las críticas que Ud. hace hacia quienes manipulan la información, porque de que los hay los hay. Sin embargo, esas personas y medios de comunicación tienen nombre y apellido, por lo que sería interesante que dé nombres. ¿Quiénes y qué medios manipulan las noticias en Paraguay? ¿Es Abc Color, es Última hora, es La Nación, es Popular, es Crónica, son las radios de las corporaciones informativas o están también los canales de aire y de cable que tienen señales en todo el Paraguay, o son las cadenas internacionales que reportan sobre Paraguay?

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Es cierto, se puede manipular una información o noticia, y hasta de manera sistemática, pero de ninguna manera esa “labor” en solitario de una persona o un medio podría impactar de manera superlativa en la población al punto de desatar la “desesperanza” de 8 millones de habitantes. Esto no es posible señor Presidente, porque existen tantos hoy en día que reportan a cada instante lo que realmente está ocurriendo en lo social, político y económico, por lo que cualquier intento aislado de torcer la verdad de los acontecimientos termina siendo ignorado o marginado por la audiencia. Es más, si todos se pusieran de acuerdo para manipular las noticias, algo imposible por suerte, de todas maneras la gente, especialmente la joven, se ingeniará para informarse de lo que ocurre, con el agregado de que no solo lee todo lo que hay, sino que también asume ahora como vicio el “aviso” a otros y comparte al instante lo que piensa, le gusta o no le gusta.

Lo que es peor, esas noticias son transformadas por los jóvenes rápidamente en memes gracias a su humor a pesar de todo, siendo el teléfono su vehículo predilecto para transmitirlos. Ud. mismo, como presidente de la República, como funcionario público, es víctima todos los días de estos simpáticos memes. Desde mi experiencia, debería pasar por alto estas reacciones espontáneas de ingenio popular. La confección de memes, supuestamente “positivos”, en busca de contrarrestar “Desastre ko Marito”, es una reacción equivocada y solo es caldo de cultivo para generar decenas de otros negativos. La mejor manera de frenarlos es con gestión. Los gabinetes institucionales de prensa la tienen fácil y ni siquiera deben rogar por espacios de difusión cuando tienen la magia de la gestión. La acción, de por sí, gana adeptos rápidamente, principalmente en la era de las redes sociales.

Además, señor Presidente, debe saber también que cualquiera puede manipular la noticia, inclusive un gobierno, cuando, por ejemplo, no difunde o lo hace a medias una información sobre un determinado proyecto o emprendimiento de interés ciudadano. Es lo que ocurrió con la Agenda Digital, sobre la cual en realidad sabemos muy poco, excepto que serán desembolsados US$ 132 millones. La “desesperanza” en un pueblo se da cuando todo un país se entera de que en poco tiempo todos vamos a tener que pagar más por la tarifa de la energía eléctrica a raíz de que el Brasil puso fin a las concesiones al Paraguay por la compra de potencia de Itaipú Binacional. Recién el miércoles 25 de julio se enteraron los 8 millones de paraguayos, pero que se concretó en mayo a espaldas de la Ande. Eso, señor Presidente, es lo que genera “desesperanza”, y no un titular de prensa que no es del agrado de las autoridades.

Por eso, a partir de su reflexión y los hechos concretos, el resto del pueblo también puede sospechar que el Poder Ejecutivo no da toda la información a la ciudadanía sobre los proyectos, lo que configuraría una “manipulación” y una violación de los derechos ciudadanos de acceso a datos públicos.

Señor Presidente, póngase por un instante desde esta perspectiva: ¿No será que esa desesperanza, que por lo visto la siente, no estaría proviniendo del déficit de gestión del Ejecutivo, del Legislativo y del Judicial? O hágase esta pregunta: ¿No será que las noticias negativas de todos los días son el reflejo de los errores y la corrupción todavía existentes en los tres poderes del Estado; o que se generan como consecuencias de la mala distribución de los recursos, de la falta de transparencia administrativa, de las desatenciones y necesidades en salud, de la falta de educadores en las escuelas, de la inseguridad en las calles, de la falta de trabajo para nuestros jóvenes, etcétera, etcétera?

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