• Por Dany Fleitas
  • daniel.fleitas@gruponacion.com.py

Paraguay es el ejemplo de un país atípico donde en pocos días pueden darse situaciones increíbles, contradictorias e inverosímiles. Es un Paraguay del revés. Las pruebas están en el retorno de Ulises Quintana como diputado al día siguiente de haber salido de prisión contra todos los pronósticos, en el juramento de la nueva ministra de la Corte Suprema de Justicia proveniente de una terna cuestionada, en un grupo de taxistas que pretenden monopolizar las calles e impedir que otros hagan negocios como producto de la libre competencia y en la crueldad con una familia en el Chaco para robar unas pocas vacas.

El caso del diputado liberal Quintana, quien está imputado por tráfico de drogas en carácter de cómplice, tráfico de influencias, asociación criminal, enriquecimiento ilícito y lavado de dinero por su supuesta conexión con el presunto narco Reinaldo “Cucho” Javier Cabaña, traspasa los límites de la razón y la decencia mínima que debe existir en un recinto sagrado como lo es el Parlamento de la República del Paraguay.

El político estuvo 10 meses con prisión preventiva en la cárcel militar de Viñas Cué, pero recuperó su libertad el 8 de julio mediante una medida de una jueza que será investigada, con justa razón. Se trata de una burla misma a la justicia, que genera un precedente del que se agarrarán más adelante otros políticos para esquivar la prisión. Una vez más, la impunidad es la madre triunfadora.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

Llanes es el rostro palpable de que todavía vamos a tener que transitar muchas décadas hasta encontrar el camino de un Poder Judicial verdaderamente independiente. En el supuesto de que sus puntajes, calificaciones, perfil psicológico y demás fuesen óptimos, su fuerte nexo político con una facción política la convierte en un títere más de la clase política.

Ella es apenas un ejemplo de cómo los demás integrantes de la Corte Suprema de Justicia han ido cayendo en las fauces de los gorilas de la política. Ergo, la CSJ es un coto de poder de políticos. Así fue siempre y seguirá siendo hasta que en algún momento las nuevas generaciones tomen al toro por las astas y hagan el verdadero cambio.

Ya no asombra nada. El sistema de transporte está patas para arriba. Los taxistas son el reflejo de la gente que todavía se resiste al desembarco de la tecnología y de nuevas formas de hacer negocios. La llegada al Paraguay de una plataforma moderna para el traslado de personas era inevitable. La misma genera oportunidades de negocios para mucha gente, pues es de doble vía, porque gana el transportista y también el usuario.

Su fuerte está en los costos, algo demasiado atractivo como para desdeñarlo en momentos en que todo el mundo quiere ahorrarse unos guaraníes. Estos pocos taxistas, que representan una ínfima parte de la ciudadanía, deben dejar que fluya la competencia y actualizarse para acomodarse en igualdad de oportunidades.

Este Paraguay del revés, en medio de tantos hechos políticos, quedó impactado en el arranque de la semana con el descubrimiento sin procedentes del asesinato de una familia de ganaderos en el corazón del Chaco, situación que indignó de manera superlativa. ¿Por qué tanta conmoción por semejante acontecimiento cuando que hay numerosos otros casos violentos que afectan también a otras familias y no tiene tanta difusión? Sospecho que esto se da porque fueron víctimas dos inocentes niños y porque se trata de un ataque bárbaro a gente trabajadora que no le hace daño a nadie.

Más de allá de esta reflexión en particular, lo que llamó la atención es la rapidez con que la Fiscalía y la Policía trabajaron para el esclarecimiento de los hechos, algo que no suele ocurrir. Es verdad que había mucha presión ciudadana y mediática en torno al caso, pero es de esperar que ambos estamentos, más el Poder Judicial, actúen con la misma celeridad cuando investigan cualquier otro homicidio. Es decir, cuando se quiere se puede.

Somos un país tragicómico. Trágico por la violencia que nos domina todos los días y cómicos porque somos el hazmerreír del mundo con los insólitos giros de las conductas de nuestros políticos. La Justicia es una vergüenza y el Parlamento es el centro por excelencia donde son violados los artículos de la Constitución donde ya casi nadie se ruboriza.

Dejanos tu comentario