Mientras la Entidad Binacional Yacyretá alega “urgencia” para justificar la compra directa de 100 motocicletas para que los Lince combatan la inseguridad ciudadana... mientras la Senad alista una brigada motorizada para “dar respuesta rápida a los llamados de la ciudadanía”... mientras el presidente de la República prepara su discurso sobre la gestión que le cupo en su primer año de gobierno en el que, entre los ocho puntos previstos, resaltará la lucha contra las organizaciones criminales... mientras la FTC gasta mensualmente un monto sideral para luchar contra fantasmas...

Mientras, visibilizada por enésima ocasión “la crisis” penitenciaria, que esta vez en el Día del Padre dejó 10 presos muertos (entre degollados y quemados), hace unos días anunciaron que el MOPC adjudicó la construcción de tres nuevas penitenciarías. Con un costo de 31 millones de dólares –costo y no inversión, porque esta segunda implica alguna ganancia–, dos deberían estar operativas para el año 2021 en Emboscada y la tercera en Minga Guazú. La idea es poder encerrar a 3.960 personas más.

¿Para qué construir más cárceles? ¿Para dar mayor comodidad a los presos, que en su mayoría no tienen condena gracias a la ineficiencia del sistema judicial? Antes, por ejemplo, tendrían que explicar qué exactamente se hace con los 10 millones de dólares que la Corte Suprema de Justicia entrega cada año para el “mejoramiento de cárceles” y el “mantenimiento de las que ya existen”.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

Demasiado dinero sale de las arcas del Estado hacia fines poco claros, dinero proveniente del bolsillo de los ciudadanos, que son obligados a pagar impuestos sin recibir la explicación que corresponde ni tampoco los servicios por los que se les cobra.

Tras publicar su informe, el lunes pasado, el relator especial de la ONU en materia de Salud, Dainius Puras, es de pensar que en vez de construir cárceles sería mucho mejor construir más manicomios, que casi es lo mismo.

Puras expresó que, según cifras de la Organización Mundial de la Salud, hoy día en el mundo existen aproximadamente 970 millones de personas con algún tipo de trastorno mental. Es decir, de los 7.500 millones de personas que habitan el planeta, el 13% tiene flojo un tornillo. Y lo peor es que este porcentaje va rápidamente en aumento. Sí, por ejemplo, los datos indican que los casos de depresión y ansiedad experimentaron un incremento de más de 40% en los últimos 30 años.

Para el experto, la desigualdad (social) es un obstáculo clave para la salud mental y destaca que “el impacto corrosivo de ver la vida como algo injusto”, además de tener que vivir la gente con austeridad, sumada a la inseguridad laboral, son factores que propician trastornos mentales.

Habría que hacer un estudio profundo en Paraguay para saber si realmente de cada 100 paraguayos 13 tienen problemas mentales. Creo que en esta parte del mundo Puras se quedó muy muy corto.

Si uno de los causantes de los problemas mentales es la desigualdad social, en Paraguay tenemos que pedir camisas de fuerza extrarreforzadas porque tenemos legisladores que dicen que ganan muy poco (al menos G. 25 millones) y sin embargo aseguran que el salario mínimo (G. 2,1 millones) es demasiado para los “comunes”... mientras usan vehículos y combustible gratis, tienen tres meses de vacaciones pagas y usan a los miembros de la Policía Nacional como guardaespaldas en lugar de que estos salgan a las calles a proteger a la población.

Todos los días leemos denuncias de que políticos acceden a puestos de gobierno y acomodan a sus familiares, a costa del erario público, sin ningún derecho, sin capacidad, sin aportar producción, solo por el hecho de ser consanguíneos, con sueldos que a cualquier ciudadano causaría envidia. Hace días se publicaba sobre cierto “clan” que le cuesta al Estado G. 2.600 millones al año… y nadie movió un dedo ni se ruborizó. Mientras el clan disfruta las mieles, en Clínicas se quedan sin rubros.

El mismo tiempo, mientras que 100 profesionales educadores son despedidos del Ministerio de Educación y su titular huye para no dar la cara, en el Ministerio del Trabajo el hijo de la directora de Talento Humano es “acomodado” en Sinafocal mediante una contratación que huele a nepotismo.

Si a muchos le parece injusta esa contratación es porque no saben que en el Viceministerio de Tecnologías de la Información y Comunicación contratan a profesores a los que les pagan ¡G. 5 millones por hora! Hasta Donald Trump sentiría envidia de un salario semejante.

En realidad no sería el único en quejarse. Los maestros del sistema de educación nacional no saben si formar fila para consultar con algún psiquiatra o entrar en depresión, teniendo en cuenta que por enseñar ellos apenas ganan entre G. 22 mil y G. 27 mil por hora. Y pensar que un profesor de bachillerato técnico en todo un mes de trabajo gana menos de la mitad de lo que el contratado por Mitic percibe en una hora. Sí, apenas G. 2 millones, pero mensual.

Según el informe de la ONU, “combatir las desigualdades y la exclusión social, mejorar los programas educativos y de bienestar y una mayor sindicalización laboral son algunas de las medidas sugeridas para prevenir o tratar enfermedades psiquiátricas”.

A este paso, toda la población tendrá problemas mentales. Basta revisar las estadísticas de suicidios en Paraguay. Lo que antes era toda una novedad, hoy es rutinario, al igual que la drogadicción o alcoholismo en los que se hunden los comunes ante tanta indefensión de quienes prometen y traicionan. Y ni hablar de la violación de niños, los feminicidios y el sicariato que de la frontera ya llegó a Luque.

No es cuestión de construir más cárceles, los malhechores están fuera robando a manos llenas. Todo el país parece una enorme prisión en la que todos los guardiacárceles tienen su negociado ilícito y lucran a costa de los ciudadanos a los que convirtieron en reclusos.

Es mejor construir manicomios, aunque a este paso el número de pacientes rebasará la capacidad de atención.

No. Ni cárceles ni manicomios. Debemos descubrir dónde ocultaron la honestidad. Hace mucho tiempo que desapareció, posiblemente en la celda más oscura y lejana del universo.

Déjanos tus comentarios en Voiz